lunes, 27 de agosto de 2018

DUODÉCIMO DÍA: DOLCE FAR NIENTE

Esta mañana  Doménico se ha  levantado con el firme propósito de ordenar la casa y limpiarla. Pero cuando llevábamos diez minutos sentados, uno frente  al otro, tomando el desayuno, ha arqueado las  cejas y me ha mirado fijamente  a los ojos. Enseguida  le he adivinado  el pensamiento y he tratado de ser con él, lo más asertiva  posible: Pero, Dominic, con el día tan espléndido  que tenemos hoy...¿Por qué no lo dejas para  cuando llegue el invierno y tengas dos  metros de nieve fuera y no puedas recorrer ni siquiera  los supermercados? 
Out of the blue, se ha puesto de pie, ha sonreido,  ha levantado el dedo índice de la mano derecha y ha dicho: I have a good idea! Vámonos a la  playa!



La playa es una  bahía que en  inglés  es harbour, o sea que Pearl  Harbour, donde la liaron los  japoneses  y los americanos entraron en la  Segunda  Guerra  Mundial, significa Bahía  de la Perla. Por cierto, bahía es una palabra  árabe que significa maravillosa. Quan sap la meua  xica!
Nuestra pequeña bahia se llama Branford Point Park y allí nos hemos instalado, al  lado de Lorraine, una amiga  de Doménico más conocida como Big moth y a fe mía que lo es. En la vida había visto un ser humano mover la sin hueso a  tal velocidad, no le daba tiempo, ni a respirar. Además, se ponía roja, yo  pensaba  que  se  asfixiaba. Mientras tanto, Dominic asentía con la cabeza, yes, yes... Of course, all right, hablaba tan rápido que era imposible que yo la entendiera. La escena era muy cómica, porque no había forma  de  que Dominic pudiera  meter baza. en la conversación. La escena resultaba cómica, porque además Lorraine es mucho más alta que Dominic, un enanito en comparación.  Me ha entrado tal  risa, que  me he tirado al agua  de cabeza, no fuera a  pensar Lorraine  que  la española era una maleducada.



Cuando he salido del mar, Big Moth  había vuelto a su hamaca y dormitaba. Ahora, entiendes el apodo? Es que no para, es imposible detenerla. Ha tenido tres maridos y debieron de salir huyendo  la noche de  bodas. Dominic! Hemos oído a  nuestras espaldas, ¿Qué está comiendo tu amiga? Dominic ha gruñido y me ha dicho sin contestarle ¡Y a ella qué le importará! Y a continuación, muy amablemente ha pasado a  enumerarle las exquisiteces que me había preparado para este mediodía . Eso sí, él solo ha tomado un  yogurth griego. Ni en la playa dejan de pasar   la mano por la pared, a mediodía.


La toalla de Big Moth estaba llena de libros y le he  preguntado a Doménico que para qué traía tantos libros a la playa. Pues, ¿para qué va a ser? ¡Para leerlos! Elemental, querido Watson. No sé ni para qué pregunto. ¿Todos a la vez? ¿No sabrá que existe el e-book?


En fin, un par de días de relax, sol, playa, risas y dejarse querer y cuidar por los amigos.
Salve y que  tengan  un feliz fin  de semana.


1 comentario:

  1. En eso consiste en dejarse querer x los amigos. Dejar que te cuiden sin pensar en nada...algo habrás hecho bien en esta vida que ahora te lo devuelve. Un abrazo y dusfruta el momento

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