viernes, 20 de septiembre de 2024

LAS CENIZAS DEL CHE

 

Camila tiene veinticinco años. Se graduó en la Universidad de La Habana en Lenguas, Inglés y Francés, y está realizando su Servicio Social. Las mujeres tres años, los hombres dos porque cumplen con el servicio militar. Durante ese tiempo, trabajan para el Estado cubano con un sueldo, por supuesto.

Camila trabaja de guía turística. Le gusta. Me pregunta cómo sé tantas cosas y yo le  contesto que, a mi edad, he procurado aprovechar el tiempo. Estamos en Santa Clara, en el Mausoleo del Che Guevara. Somos diez extranjeros. Cuatro alemanes, cuatro españoles y dos peruanos. 

Es muy difícil moverte por Cuba con tus propios medios. Si consigues alquilar un coche, harto difícil, te puedes encontrar conque las gasolineras están desabastecidas y hay que esperar horas, hasta días, para conseguir combustible. Así que lo más práctico es apuntarse a las excursiones de las agencias oficiales.

Liliana, la otra guía, tiene mi edad. Se marchó a los dieciocho años al Berlín Oriental a estudiar y trabajar. Al cabo de cuatro años volvió con el título de obrera cualificada. Siguió con los estudios en la Universidad de La Habana. Ambas disfrutan con su trabajo. Entre otras cosas, como recalca Camila, les ha servido para conocer su país. Apenas hay cubanos que se puedan permitir unas vacaciones en Varadero.

Ernesto Che Guevara nació en Argentina, estudió Medicina. Recorrió varios países latinoamericanos en motocicleta y fue adquiriendo conciencia de sus problemas y de la necesidad de cambiarlos a través de la revolución. Conoció a Fidel Castro en México de donde era su primera mujer. Sintonizaron. Ochenta y un revolucionarios llegaron a Cuba en el Granma, un barco de pesca comprado a un norteamericano y con capacidad para doce personas.

Cuando la revolución triunfa, fue nombrado ministro de Hacienda, presidente del Banco Nacional de Cuba. Pero su pasión era llevar la revolución a todos los países latinoamericanos.

Se marcha a Bolivia. Allí lo localiza la CIA y lo ejecuta. Si quieren conocer más sobre el Che, les recomiendo la estupenda biografía de Jon Lee Anderson.

Santa Clara fue elegida como la ubicación del monumento en memoria de la toma de la ciudad por parte de las tropas de Guevara el 31 de diciembre de 1958, durante la batalla de Santa Clara. El resultado de esta batalla fue que, el gobernante y dictador cubano Fulgencio Batista huyó al exilio.



Los restos del Ché quedaron en Santa Clara, pero sus ideales se esparcieron por el mundo, como cenizas que nos tocaron durante nuestra juventud, cuando también creíamos que era posible cambiar el mundo.

Ni Camila, ni Liliana quieren marcharse de su país. Su sueño no está lejos, sino en su patria. Ellas todavía creen que es posible el ideal del Che.

Seguimos viaje hacia Cienfuegos y Trinidad.

Salve y feliz fin de semana.





3 comentarios:

  1. Me encantan tus historias, próximas y creibles. Quiero pensar que, de haber vivido, con los años, el Che habría mudado el marxismo leninismo por la socialdemocracia, como yo. Sin abandonar los principios socialistas, con libertad.

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  2. Yo también lo pienso. Todos evolucionamos y nos desencantamos. Oímos el canto de las sirenas desde la otra orilla. Gracias por tu comentario quien quiera que seas. Un saludo desde Cuba.

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