sábado, 30 de septiembre de 2023

ANGELINA JOLIE EN CAMBOYA

 En La Matandeta crece un ficus desde hace treinta y dos años. Era una plantita de tres hojas que compré en el mercado de Sedaví por ciento cincuenta pesetas.

Sus poderosas raíces crecen y se alargan hasta invadir otras partes de las terrazas, alejadas de donde se encuentra él. Todos los años hay que levantar  los ladrillos a su alrededor, echar sal y volver a alicatar. Él no parece inmutarse. Maury dice que es un monstruo y que le da mal rollo.


Qué pensaría Maury si viera los ficus de Ta Prohm, uno de los ciento cincuenta templos de Angkor.











Ta Prohm sigue engullido por la selva. Como si los poderosos árboles no quisieran soltar su presa. Es un lugar que impresiona. Cargado de energía.

Este templo fue elegido por l’École Française d’Extrême-Orient para mostrar el estado en que se encontraban los templos de Angkor a finales del XIX cuando fueron descubiertos por los occidentales.




En el 2000, Angelina Jolie aterrizó en Camboya y rodó varias escenas en este templo de su película “Lara Craft: ”Tomb Raider”, que la catapultó a la fama. Se enamoró de este país y aquí adoptó a su hijo Maddox.

Aquí compró una casa tradicional camboyana con 60.000 hectáreas que convirtió en una zona protegida y lleva veinte años trabajando a través de su fundación Maddox Jolie-Pitt, en apoyar a las comunidades locales y proteger el medio ambiente.



Llegamos al templo de Bayon, construido a finales del siglo XII en estilo budista, conocido por sus cincuenta y cuatro torres y doscientas caras sonrientes tan enigmáticas.

Y por fin llegamos a Angkor Wat, dedicado al dios hindú Vishun en el siglo XII después de Cristo. Es uno de los mayores edificios religiosos del mundo. Su nombre significa “Ciudad del templo” y se creó como una manifestación física de la interacción humana con el reino de los dioses.









Las agujas representan las montañas de la eternidad y el foso, las aguas eternas. Nació como templo hindú y a finales del siglo XIII dC pasó a manos de monjes budistas. Impresionante y majestuoso.








jueves, 28 de septiembre de 2023

EN EL PAÍS DE LAS SONRISAS: CAMBOYA

 


Diluvia en el aeropuerto de Saigón. No sabemos si nuestro avión conseguirá salir a su hora. Llueve como si no hubiera un mañana. Septiembre es época de monzones. Dicen que la mejor época para viajar a Vietnam y Camboya es de enero a junio. Además, noviembre y diciembre. Por tanto, no estamos en uno de los mejores meses. Hace mucho calor, aunque más que calor, es la sensación térmica debido a la humedad.

Entretenemos el tiempo curioseando por las tiendas. Hasta que aparecen Sara y Nancy. Dos señoras argentinas con las que nos hemos cruzado constantemente durante todo el viaje.

Las chicas de oro porteñas viajan durante dos meses por Europa y Asía para celebrar que este año han cumplido ochenta. Recuérdenme que, cuando sea mayor, quiero ser como ellas. Nos despedimos. Emprenden viaje hacia Bangkok.

Hemos llegado à Siem Riap porque queremos visitar las ruinas de Angkor. Si me gustó Vietnam, no me podía imaginar la fascinación que me despertará Camboya. Otra parte de la antigua Indochina francesa.







Lo que más llama la atención de los camboyanos es su sonrisa, como una carta de presentación. Cruzas tu mirada con la suya y te responden con una sonrisa, unen sus manos y se inclinan hacia ti en señal de respeto.





Los camboyanos son bajitos y de piel oscura. No tienen ningún problema con tomar el sol. Los vietnamitas odian a los chinos y los camboyanos a los vietnamitas. Para acabarlo de arreglar llegaron después los franceses y americanos.
Camboya vive de la agricultura, el textil y el turismo. Nuestro guía aprendió español gracias a una voluntaria sevillana que le enseñó en el tiempo récord de seis meses y de esta forma le ayudó a ganarse la vida. Tiene un canal en YouTube llamado “Camboya con Ratana”. Si pueden suscribirse, le ayudarán a seguir adelante porque trabaja como autónomo.









Mañana seguimos. Estoy como cansada pero sin el como.