Son las ocho menos veinte del martes, 9. Han terminado las vacaciones. Después de quince días, cómo llegarán los alumnos? Tengo un grupo al que voy a repasar los números romanos. Me he dado cuenta de que no saben leerlos. Los números romanos? Si solo fuera eso. No saben leer un reloj analógico! Me espeta María José, la profesora de religión. Me quedo con la mosca tras la oreja y cuando faltan cinco minutos para terminar la clase, hago la prueba. Efectivamente, un ochenta por cien de la clase no sabe la hora que marca el reloj de aguja, que por cierto está parado en las seis menos siete. Bueno, tendrán otras habilidades. Sobre todo, en cuestión de nuevas tecnologías. Hago la prueba en dos cursos más con el mismo resultado. A la mañana siguiente, vuelvo a coincidir en la sala de profesores con María José. La pongo al día de mis pesquisas y ella me cuenta que ayer dio a los de primero un dibujo de una vidriera con La Sagrada Familia y un alumno le preguntó de qué color pintaba a la princesa. Nos reímos un rato por no echarnos a llorar. La cultura los persigue, pero ellos corren mucho más.
Soy María Dolores Baixauli, Graduada en Lenguas Modernas y Experiencias Vitales. Máster del profesorado de la Universitat de València y de lo que ocurre en la calle. Tengo un restaurante, La Matandeta, que acaba de cumplir treinta años. Mis aficiones son la natación, la curiosidad, el senderismo, la observación, la gastronomía, la conversación y por encima de todo, la literatura y los viajes. Bienvenidos a bordo. Embarquen por la puerta que les parezca más interesante.
domingo, 14 de abril de 2024
TODO NO ESTÁ PERDIDO
jueves, 4 de abril de 2024
LLEGÓ LA PASCUA, SE MARCHÓ EMILI
Ho feia tot, ho emprenia tot amb una il.lusió adolescent. Amb un somriure en la cara. Contagiós, per cert. Sense un bri de mala sang. Tant com a capellà que com a ciutadà. Emili Marín o l'alegria de viure Vicent Soler ( LEVANTE, miércoles, 3 de abril 2024) Todo el mundo esperando la Semana Santa para huir de las obligaciones cotidianas y ésta aparece acompañada de una borrasca con nombre de almirante inglés. ¿Sólo es mal tiempo? Me pregunta desde Ushuaia, a mil kilómetros de la Antártida, Carlos Zampatti. En un país, el suyo, Argentina, en el que un candidato con motosierra consigue ser presidente y la lía desde el principio, una borrasca que trae sólo viento y lluvias, debe parecer pecata minuta. En Sevilla lloran los nazarenos porque no pueden pasear al Cristo ni a la Virgen durante la madrugà y en Argentina transitan el via cruxis al que les han llevado los políticos. Cada cual, a los suyo.
Releo esta noche su autobiografía y no puedo más que sonreír ante sus anécdotas, ante tanto vivido. Es como si volviera a escuchar su voz.