jueves, 30 de noviembre de 2023

LO VINTAGE ESTÁ DE MODA

La semana pasada, el día de Santa Cecilia, fue mi aniversario. Mis alumnas de 3ESO me cantaron el cumpleaños feliz en árabe. Nunca lo había escuchado en esa lengua. Fue un bonito regalo. Ellas tienen muchas ganas de reír, divertirse y pocas de estudiar. Y nombres hermosos y sonoros cuyo significado he aprendido. Kenza quiere decir Tesoro, Basma, Sonrisa, Ibtisan, también es Sonrisa, Zineb, Bonita, Amal es Esperanza, Imán, Fe, Chaimaa, Río de la Luna ...

El Dios de las Pequeñas Cosas ha hecho que los viernes mi horario laboral termine a las doce del mediodía, justo la jornada que bajo la Torre del Castillo se celebra mercado desde la época medieval.

Las pruebas de Carbono-14 han indicado que la torre es de origen musulmán. 

Este viernes, un chico alto, de facciones árabes me sonríe cuando le pregunto: Habibi, cuánto quieres por esta gabardina? 

Hace un rato gritaba: ¡ Con lo bien que estaba yo en el hotel de Picassent! Buena comida, habitación limpia y mucho tiempo para descansar!

Es que acaba de salir de la cárcel, me comenta un argentino que me cobra la prenda. Ocho euros una gabardina roja impecable.




Lo vintage está de moda en nuestro país. Por fin hemos descubierto que, si la palabra es francesa, comprarse ropa de segunda mano como hacen desde siempre los franceses, tan chic ellos, será por algo.

Y así fue el Buida la Cambra de La Matandeta que cumplía diez años, justo el tiempo que volví de mi año Erasmus en Francia donde descubrí los vide grenier y empezamos a celebrarlos en casa



La gente vio,  vendió, cambió, regaló, almorzó y se divirtió, que era lo más importante.

Los de la Asociación de Vecinos de Patraix nos acompañaron y el próximo sábado, 16 celebrarán el suyo. Yo estaré allí.








Nos ha costado, pero afortunadamente, los españoles hemos descubierto que vestir vintage, es decir, de segunda mano, no es ninguna vergüenza.

Salve y ustedes lo pasen bien!





















domingo, 26 de noviembre de 2023

¿QUÉ ESTAMOS HACIENDO?

 El viernes pasado, víspera del Día Internacional de la Eliminación de la violencia contra  las mujeres, el Tirant lo Blanch, el instituto de educación secundaria de Torrent, en  el  que  imparto clases de  francés, amaneció con un gran  mural obra de las compañeras Concha Cuenca y Paula Pellicer, profesoras  de Economía  y Latín. El mural se anunciaba con dos palabras : Efecto _ Causa y en él se mostraba  el desprecio a  las mujeres a lo largo de la historia, ya fuera a través de las palabras de filósofos conocidos por los estudiantes, de escritores, o de frases extraídas de la  misma Biblia.


A la hora del recreo, el alumnado se acercaba a contemplar la obra de sus profesoras. Fíjate, menuda frasecita  soltó Picasso "Las  mujeres o son diosas  o  son porteras" comentaba Salvador G. un estudiante de primero de  Bachillerato Artístico. Y eso que todavía no sabe nada de cómo el genio de la pintura trató y se comportó  con todas las mujeres  de su vida. Sólo una, Françoise Gilot, se atrevió a abandonarlo. Y ello le  valió que el  gran artista malagueño no quisiera  volver a  tener relación con los hijos en común, Paloma y Pablo. Una cosa es la obra y otra su  autor.


Se acerca Gustavo, un estudiante de 2ESO que, aunque no asiste a mis clases, lo conozco por las guardias. Es una especie de erudito en historia, pasión que, según me comentó, le ha inculcado su padre. Cuando le señalo la frase de Napoleón, me dice: Era un dictador, qué te esperabas? Y se aleja, tranquilamente, hacia el patio.



Veo cómo mis estudiantes de 4ESO se fotografían delante del mural y fotografían muchas de las frases. Kenza me pregunta quién  fue Rousseau. Se lo explico y, como no quiero  despistarlos de lo que tienen delante, ni se me ocurre comentarles que en los años ochenta conocí hombres que habían luchado contra el franquismo, algunos de ellos hasta habían pisado la cárcel, hombres progresistas amantes de la libertad y  la democracia y a los que escuché frases como: Si a fulanita le han dado un alto cargo, seguro que es  porque se está acostando con alguien importante.

No hace tanto, en la anterior legislatura, recién creado el ministerio de Igualdad, otro caballero, que se declara de izquierdas, me espetó: Tal como están las cosas, yo no entro solo con una mujer en un ascensor. Por qué? Por si nos da por inventarnos las denuncias?

Si todos estos, cultos y progresistas, pensaban, siguen pensando así,  cómo lo  harán respecto  a las mujeres, los que todavía andan metidos en la caverna.


En el mural, aparecen también datos sobre  los  asesinatos machistas. La violencia  contra  las mujeres es un arroyo fluido que  parece  no tener fin. El sábado  hubieron manifestaciones en todo  el mundo, en contra de esa  violencia. Los más jóvenes, los  adolescentes, parecen  tenerlo claro. Las compañeras  son sus iguales y la  mayoría de  las  veces, mucho más trabajadoras y estudiosas. Sin embargo ...

Según datos  del Instituto  Nacional  de Estadística (INI) en 2021, el mayor aumento de víctimas de violencia de  género se dió entre  las chicas de menos  de  dieciocho años, un 28.6%. Ese año, 661 chicas adolescentes contaban con órdenes de protección o medidas cautelares. El año anterior, marcado por la pandemia, el número bajaba hasta 514.

Ayer, Día  Internacional de la Eliminación de la violencia contra las  mujeres, Save the children recordó que las  adolescentes  que sufren violencia de género siguen siendo poco visibles, cuando son las que necesitarían mayor atención.

Pero además, y héte ahí la paradoja, ellas no se identifican como víctimas. Que su pareja les controle el móvil, que les haga comentarios acerca de cómo se pueden vestir o no, o con quièn salen de  fiesta, ellas lo  entienden  como amor.

El informe de Save the children analiza que el 6,2% de las adolescentes de 16 y 17 años ya han sufrido violencia  física por  parte de parejas o  exparejas. Las nietas y las hijas de  aquellas que nos batimos el cobre porque se nos  reconocieran nuestros  derechos como personas parece  que están confundiendo la velocidad  con el  tocino. No es  amor, es control  sobre sus vidas. Unas adolescentes, académicamente preparadas que, sin embargo, parecen no entender que no  se trata de tener  relaciones con seres superiores sino  con compañeros.

Hace algunos cursos, en una tutoría, una alumna se  levantó  muy cabreada y nos dijo que para  la mayoría de  los  chicos  que  conocía, hacer el amor era interpretar una escena  porno.

Esa es otra. En estas edades, la influencia de la pornografía es evidente.  Los expertos de FAD Juventud hanrealizado un estudio sobre la relación de la juventud, incluída la adolescencia, con la pornografía. Las conclusiones son alarmantes. La pornografía está extendidísima sobre todo entre ellos. Los chicos son los grandes consumidores. Uno de cada cinco visiona sexo explícito a diario y la mitad al menos una vez a la semana. El acceso al porno es cada vez más precoz. Se produce sobre los trece años, pero una cuarta parte de menores ya comienza a verlo antes de los once y hasta un 6,5% conoce la industria del sexo con ocho años o menos.

El 47,4% de los adolescentes que ha visto contenido pornográfico ha llevado alguna escena a la práctica y no siempre con consentimiento previo según el informe Desinformación sexual: pornografía y adolescencia. Y ya no hablemos del peso que tienen las redes sociales y actúan como herramientas de control, humillación, chantaje y celos.



Si este es  el  problema solapado y silencioso que, como una  mancha de  aceite  se  va extendiendo entre  nuestra  adolescencia, si nunca hubo  tantas campañas de  concienciación, tantas  manifestaciones, tantos testimonios contra la  violencia  de género...

Yo me  pregunto, ¿qué estamos haciendo mal?

Que tengan una feliz  semana.










miércoles, 1 de noviembre de 2023

OTRA VEZ, LAS FLORES DE MI MADRE


Es víspera de la Toussant y le explico a mi alumnado que por estas fechas los estudiantes de primaria y secundaria, así como los universitarios franceses disfrutan de vacaciones. Mucho hablar de los españoles y de la cantidad de  fiestas y puentes que tenemos, pero resulta que nuestros vecinos, cada mes y medio tienen unos días de congé. Unos tienen la fama y otros cardan la lana.

Las vacaciones francesas de la Toussant surgieron porque los  paysans, al llegar estas fechas, recogían la cosecha de las  patatas y se llevaban a sus hijos al campo para ayudarles. Las escuelas se quedaban  vacías, así que decidieron cerrarlas y dar fiesta.

Hablamos de Hallowen y de su vocabulario en francés: ¿Truco o trato? De bonbons ou de friandises? Les explico que no es una fiesta  americana, sino irlandesa de  origen celta, llevada a EE.UU. por los emigrantes de la hambruna de la patata la segunda mitad del siglo XIX que, a falta de los gruesos nabos  que decoraban en su país natal, se encontraron con las calabazas.

Halloween se ha tragado a nuestro Totsants y eso me produce un poco de rabia porque no ha llegado aquí desde la isla esmeralda, sino que ha pasado  primero por Norteamérica. Cualquier año nos ponemos a celebrar el Día de Acción de Gracias. Ya estamos con el Black Friday...

Hoy amaneció un día de Totsants de los de toda la vida, cuando se estrenaba el gabán  y toda la familia rendía homenaje a sus difuntos. Yo también he ido con Manuel al cementerio de Sedaví. No quiero que mi madre se enfade  conmigo. Ya tengo dieciséis años más que ella. Ahora soy la mayor de las dos. La que debería dar los consejos y dictar las normas.

Hace diez años, yo estaba en Francia, de Erasmus y allí escribí la entrada que me acompaña. No quiero ponerme triste. Hoy también he llevado al cementerio las flores de mi madre.


Mi madre y yo siempre estábamos discutiendo. Ahora lo veo como las disquisiciones típicas de la juventud, frente al orden establecido. He vuelto a pasar por ello con mi hija, pero claro está, desde otra perspectiva. Pero nuestra relación se rompió ahí. No tuvo continuidad, ni más etapas. La quebró su muerte.
Durante mucho tiempo tuve el empeño de vivir más años que mi madre, superarla en el tiempo. Pensaba que era una obsesión mía, pero cuando he conocido gente que también se quedó sin padres a edad temprana, he visto que les sucede lo mismo.
A medida que pasa el tiempo, mi madre se apodera de mí. No se asusten, les cuento. Me miro en el espejo y me doy cuenta de que mi físico, poco a poco se asemeja más al suyo, de que su retrato, al principio difuminado, adquiere verdades en el mío. El color de los ojos es evidente, la  punta  de la nariz, la comisura de los labios. Hasta las arrugas son heredadas. Pero lo más curioso es la expresión. Mi cara está adquiriendo la expresión de mi madre. Cuando estaba contenta, cuando reprochaba... Ella, poco a poco, ha llegado hasta aquí, mi interior. Desde allí se sigue expresando...


La confirmación más cierta la obtengo si me cruzo con algun familiar que hace tiempo que no me ve. No hace falta que me diga nada, lo veo en sus ojos. Noto la sorpresa que le produce mi rostro. Está claro que él también se ha dado cuenta de la transformación que se ha operado en mí con los años.
Una nunca llena vacíos vitales, simplemente se va acostumbrando a vivir con ellos.
A mí me gusta imaginar que ella ha vuelto y tenemos una larga conversación.
Primero le cuento todas aquellas cosas que se perdió porque ya no estaba aquí. La nieta que no conoció, mis primeros trabajos, mis viajes, la gente con la que me he cruzado  y con la que he compartido retazos de vida. Nos quitamos la palabra, nos atropellamos verbalmente, pero esta vez es ella la que me tiene que escuchar. Ahora soy yo la mayor. Le saco ya muchos años de edad. Soy yo la que tiene más experiencia, la que da los consejos y hace los reproches. La que le dice que las cosas no fueron tan terribles como ella me pronosticó. Que no había nada que temer al echar a andar. Que el camino no era sinuoso, ni retorcido, ni lleno de trampas y fieras escondidas. El camino era difícil, nada màs.
Que ni los hombres se aprovecharon tanto de mí, ni me hicieron tanto daño. Solo el justo para aprender la lección y meterlo en la mochila. Y seguir andando y experimentando.
Y entonces, sí. Entonces le digo que siempre la echo de menos. Que nada volvió a ser igual desde que se marchó. Que noté mucho su ausencia el día que nació mi hija, el día que no supe qué hacer con mi padre y con el resto de la familia, el día que ...  Y tantos días.
A mi madre le gustaban las flores los días señalados. Y el día 1 de noviembre era uno de ellos.
Ya sé que no está aquí, que más allá, lo más probable, es que no exista nada. Que cuando uno muere se acaba y todo se acaba. Pero no lo puedo evitar. Tengo que llevarle siempre flores. Porque le gustan, porque así estará contenta conmigo y no se enfadará otra vez cuando llegue tarde; cuando le anuncie otro viaje, otra aventura. Le llevaré flores y no me dirá una vez más por qué tengo que ser tan diferente de mis amigas, por qué no puedo ser como  ellas y portarme bien y no intentar siempre confundirla. Y no querer ser, a toda costa, la que tenga la última palabra.
Sí, lo mejor son los claveles rojos. O los gladiolos rosa. Así tendré fuerzas para decirle que ahora estoy en Francia y que he vuelto a estudiar. Y que no se enfade que en casa todos están bien y de acuerdo. Y que no frunza el ceño y me riña.
Vuelvo a casa por las flores. Ya lo dijo El Principito, "los ritos son necesarios".


Nos vemos en La Matandeta. Salve y feliz día de Totsants.