viernes, 23 de septiembre de 2022

EL CEMENTERIO DE LOS ÁRBOLES MUERTOS

 

                                          Este  era el lugar perfecto para una cárcel, porque claro, ¿quién se iba a                                                  escapar de acá? Ni siquiera hubiera  sido necesario construir el penal pues                                              la isla constituía el verdadero calabozo: las rejas eran  las montañas, las he                                            ladas aguas del  Canal Beagle, los bosques  impenetrables, los inmensos tur                                            bales infranqueables.                                                                                                                                                                              Nuestro hombre en Ushuaia                                                                                                                              Carlos Zampatti




Es un paisaje muy extraño, lleno de tocones, donde hace años  vivieron magníficos  árboles  que llenaron de vida el paisaje. Solo quedan sus  restos, a  modo  de  lápidas en las tumbas de  los  que fueron. Ni uno solo se salvó del hacha de los presidiarios.

El tren del fin del mundo llevaba hasta aquí todos los días a los presos, nevara o hiciera calor. Mientras los guardas vigilaban, los capataces arreaban  al que  se  paraba. No hubo selección ni reforestación. Durante  años y más  años, los presos de la cárcel  de Usuhaia talaron árboles a destajo. Solo quedan las lápidas de  los tocones.

   
El primer penal que existió en Tierra del Fuego  era militar  y estaba ubicado en la isla de los Estados. Las duras condiciones  de  aquella  prisión unidas a la  inclemencia de  una isla azotada  por  las inclemencias  subantárticas, ocasionaron un motín en 1902. La  consecuencia fue  que el  gobierno decidió trasladarlo a Usuhaia.
Terminada  de construir en 1911, el  gobierno decidió fusionar la cárcel militar  con la civil, de esta forma se emulaba a los ingleses y franceses que habían construido penales muy duros lejos de la  metrópoli. 
Condenados por  robos y estafas, militares que habían desertado o  habían incumplido sus funciones  y asesinos estaban  encerrados  allí.


El mas famoso de los presos fue Cayetano Santos Godino, apodado El petiso orejudo, un joven hijo de  inmigrantes  italianos   que mató a cuatro niños y fue  acusado de  otras  siete tentativas de homicidio e incendios intencionales. Otros presos notorios fueron el anarquista de origen ruso Simón Radowitsky, acusado de asesinar al comisario Falcón y a su secretario con una bomba y Mateo Banks, de ascendencia irlandesa, condenado por el asesinato de ocho personas en la provincia de  Buenos Aires.



Los prisioneros llegaban a  Ushuaia  en  barco, con grilletes en los tobillos y custodiados por  un grupo de militares. El clima helado, la soledad de  los  parajes y el régimen de los castigos al que eran sometidos dentro de  la  prisión hicieron que a Tierra del Fuego se la conociera como la Siberia criolla.
En la década de 1930 llegaron a Ushuaia los presos políticos , un grupo de izquierdistas e intelectuales que habían sido conducidos como castigo por su ideología.


La rutina diaria de  los presos  estaba regida por el trabajo pesado y al  aire  libre y por  la  estrecha vigilancia. Una de las tareas  a realizar era provisionar a la cárcel de  leña y también al pueblo. marchaban por una  senda  que conducía  a la zona del  río Pipo, bautizado con el nombre de un prisionero que escapó y fue encontrado varios  días después, completamente congelado junto esta vereda.
Los  presos  pasaban  cortando troncos de lenga  durante  largas  horas con pesadas hachas y luego cargaban la leña en un tren a vapor, que circulaba  por  las mismas vías  que  ahora  pasea  a  los turistas  en  otro reluciente tren de  vapor, que ya  no usa carbón, sino nuevas  tecnologías y que es conocido como el  tren del fin del mundo.


La  cárcel funcionó hasta 1947, pese  a las  protestas por el trato inhumano que recibían los prisioneros y las muertes frecuentes debido a castigos y torturas. En  ese año el presidente Juan Domingo Perón ordenó el cierre definitivo de la cárcel y, años más tarde, se inauguró el museo del presidio.







Seguimos  nuestro paseo. La  historia  del cementerio  de  los árboles muertos, el título es  mío, nos  ha producido una profunda tristeza. Hay mucho silencio, un caos calmo que invita  a  la  meditación. A pensar  en cuánto sufrimiento encierra  el  paisaje. Cuánta  historia  oscura tienen escritas las  páginas de  la  historia.



La cadena  de  los  Andes atraviesa  América del Sur desde el Norte hacia el extremo Sur, sin embargo, en Tierra del Fuego  se convierte  en transversal y lo hace  de  Oeste  a Este, en lo  que se  conoce como los Andes Fueguinos. Uno de sus más bellos y conocidos picos es el Pico Cóndor.



La zona está  llena de turbales de lenga, los árboles a partir de  los  cuales se  va formando  el carbón de turba, a  razón de  un milímetro  por  años. En uno de  estos parajes, se  encuentra un  turbal con diez metros de profundidad. Calcúlenle  la antigüedad.



Tanta  historia, tanta  tragedia  humana y tanta maravilla de  la  naturaleza  nos ha  abierto el apetito, que no solo  de cultura vive el hombre. No olvidemos nunca en  nuestros viajes  la cultura gastronómica. Volvemos  a Ushuaia  en  el tren  del  fin del mundo  y lo acertamos.
  TRIUNPH  es un concesionario de motos y un restaurante  al mismo tiempo. Así que mientras  te preparan un bife de chorizo, te puedes comprar un casco para  la  moto. Muy recomendable. A fe mía  que se  come  bien. Buen provecho  y sigan disfrutando  de  la  vida. Nosotros ya  lo hacemos en  la  tierra del fin del  mundo y  el principio de todas las cosas.





No hay comentarios:

Publicar un comentario