lunes, 19 de septiembre de 2022

EL GLACIAR PERITO MORENO

 


Hace mucho frío cuando nos vienen a  recoger al hotel Ketal. Apenas amanece y el termómetro marca los tres grados. A nuestra derecha, el Lago Argentino. A la izquierda, pequeñas estribaciones y la estepa  a ambos lados.

Cuando llegamos a la entrada del Parque Nacional de los Glaciares hay que pagar cuatro mil pesos, acceder y conservar la entrada porque al día siguiente tendremos una  reducción del cincuenta por ciento. El guía  nos asegura que es muy  raro que aquí nieve. Divino profeta. No dejará de hacerlo en  todo  el día, un día tan  blanco que el cielo se confunde con el hielo. La visibilidad  será muy mala para  contemplar esta maravilla de la naturaleza. El glaciar Perito Moreno.

Pero, ¿Quién fue el perito Moreno?

Francisco Pascasio Moreno nació en Buenos Aires  en  1852 en el seno de  una  familia acomodada. Desde pequeño mostró interés por la naturaleza. Explorador, antropólogo, biólogo y botánico, entre otras actividades, realizó diversos  trabajos de demarcación fronteriza  entre Chile y Argentina. 





 En 1874, Francisco Moreno emprendió su primer viaje a la Patagonia, impulsado por un espíritu de aventura, el interés por aprender sobre la geología, la historia  natural y la  fauna de la región. A su paso por la localidad de Carmen de Patagones, ya había recolectado numerosos cráneos, puntas de flechas, puntas de lanza y sílices tallados. Estos cráneos, dan origen a nuevos estudios antropológicos que fueron publicados en Paris   y despertaron el interés de estudiar a las razas  indígenas de  América del Sur.





A partir de 1874 las autoridades argentinas le encomendaron al joven Moreno sucesivas expediciones de exploración que tuvieron un doble objetivo: consolidar la soberanía argentina y recabar datos para el avance de las ciencias . En julio de 1874 recibió el encargo del Ministro de Relaciones Exteriores de Argentina de investigar las inmediaciones de la bahía Santa Cruz.



. Moreno embarcó en el bergantín  “Rosales” para explorar dicha zona donde existía un asentamiento de colonos chilenos. A su regreso, viajó a  Entre Ríos  parar la formación terciaria de la Patagonia con la de las Barrancas del Paraná. Alentados por sus logros la Sociedad Exploradora Argentina y el gobierno de la Provincia de Buenos Aires le brindaron apoyo financiero para realizar nuevos viajes a la Patagonia, recorrer territorio inexplorado y estudiar la cultura indígena.




Fueron muchas las exploraciones en  la  Patagonia que realizó Pascasio Moreno.

Por sus conocimientos de la región andina austral fue designado en 1896 perito de la Comisión de Límites entre Argentina y Chile. 

El arbitraje le permitió a la Argentina retener 1800 leguas cuadradas de tierras.

Sus viajes significaron descubrimientos geográficos de trascendencia, permitiéndole conocer, palmo a palmo, el suelo austral argentino y encarar, con acierto, la defensa de los derechos de Argentina, en la controversia de límites con Chile. Los datos que aportó abrieron nuevos horizontes a la antropología sudamericana y posibilitó que varios científicos europeos se abocaran a estudiar las razas originarias de América del Sur.




Sin embargo, Francisco Pascasio Moreno nunca llegó a  conocer el glaciar que lleva su nombre que, aunque nos es  el más grande de los glaciares de  este Parque  Nacional, sí es el  más famoso. Con un frente de 60 metros y una altura de 140m. les puedo asegurar  que es  una  auténtica  maravilla  de la  naturaleza al que las fotos no hacen honor. Por muy  buenas que sean, nunca podrán expresar  la hermosura de estos parajes donde reina  el silencio interrumpido de vez  en cuando por el ruido de los témpanos que  se desprenden del glaciar, al chocar con el agua.


¿Conque no nevaba por estos  parajes? No ha dejado de hacerlo en todo el día. Así que  le  pedimos al minibus que  nos  lleva  de  vuelta que nos deje  en el centro. A mediodía nos hemos tenido que  conformar con un sandwich desaborido de jamón de York y queso. Ya  es hora de  que nos  recompensemos y al  caer la  tarde, en El Calafate nos deleitamos con el cordero  patagónico. Que disfruten, que  nosotros ya procuramos hacerlo.






















 


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