viernes, 14 de agosto de 2020

EL CURA DE LA COLEGIATA DE PASTRANA




Cuenta Camilo J. Cela de Pastrana: A Pastrana llega el viajero con las últimas luces de la tarde. El autobús lo descarga a la entrada del pueblo, en los alto de una cuesta larga y pronunciada que no quiere bajar, quizás para no tener que subirla a la mañana siguiente, cargado de hombres y de mujeres, de militares y paisanos, de baúles, de cestas, de cajones, de morrales y de sombrereras.
Nosotros llegamos a media mañana, con nuestro super autobús de cincuenta plazas ocupado por veintidós, gracias a la covid-19. Venimos de visitar el Parque Arqueológico de  Recópolis, la ciudad que el rey visigodo Leovigildo mandó construir para su hijo Recaredo y del castillo fortaleza de  Zorita de los Canes.
A nuestra llegada a Pastrana, nos dirigimos  directamente a  la Colegiata, después de recorrer algunas de  sus calles. El calor castellano  golpea nuestras nucas. No hay humedad. Pero debemos estar  a  cuarenta  grados.
El mosén  es un hombre campechano y simpaticote, que ronda  los setenta años, capaz de venderle un dromedario a un  esquimal.  Al saber que  somos  valencianos nos pregunta  cómo es el Himno  a  la  Virgen de los Desamparados. Así de pronto, nos ha  dejado epatados. No se lo sabe nadie en  este grupo de incrédulos. Así que él se pone a cantarlo.
Nos  lleva hasta la antigua  Sacristía Mayor de la  Colegiata para enseñarnos la colección de  tapices.

Se trata de una serie de cuatro tapices de Alfonso V de Portugal, también conocidos como tapices de Pastrana. Son paños tejidos en Flandes, en seda y  lana de unas  dimensiones  medias de 11x4 metros.
Según los  historiadores  se considera la primera vez que un tapiz  narra hechos políticos contemporáneos a  su textura, las conquistas  de  dos ciudades del  norte de África, Arcila y  Tánger, llevadas a término por  Alfonso V de Portugal en 1471. Desde 1950 se conservan en el Museo  Parroquial de Tapices de Pastrana. Están considerados como uno de los  tesoros  más  representativos del arte del tapiz gótico flamenco de  finales  del siglo XV.
El mosén  nos lleva a ver los  tesoros de  la  Sacristía y nos señala  el cuadro del pintor italiano Barrochi y nos  dice  que de ahí viene  la  palabra  barroco. ¡Anda ya! La palabra barroco viene del  portugués y  significa  piedra  irregular.
Después nos  baja a  la  cripta de los Mendoza, donde reposan los  restos  de  la princesa de Éboli y nos pregunta si  sabemos cómo perdió el  ojo. Yo le  contesto  que  en un duelo. Sonríe  y  dice que  no. Que  el  doctor Marañon formuló que  se trataría  de  una enfermedad congénita.
Kate O'brien  en su  libro Esa dama, una biografía sobre Ana de Mendoza  y de  la Cerda, cuenta que  perdió el ojo a  la edad de  catorce  años en  un duelo con un paje  de su  padre.


Al estudiar el  retrato que  le hizo el pintor Sánchez  Coello para  su  libro  sobre  Antonio Pérez el dr. Marañón diagnosticó: ... una nube externa  o leucoma, que da al ojo un peculiar aspecto lechoso muy bien expresado por el hábil pintor, a través del parche transparente y junto con la opacidad, una evidente desviación del globo ocular hacia la izquierda. Esta lesión pudo tener un origen traumático, que coincidiría con la leyenda del florete o un origen infeccioso..." Vamos, mosén que de congénita  nada.
Seguimos con nuestro flamante cura que ahora nos  explica el retablo del altar mayor y las doce santas pintadas  en él.


Y ahora  el  mosén  nos  anuncia  que nos va  a tocar  el órgano y  aparte  de Charly nuestro guía, pregunta  si hay  voluntariado para acompañarle  hasta  allá  arriba. Y para allá  que subimos Carmen  Coca  y  yo, a ver cómo nuestro  cura favorito actualmente interpreta  en un órgano del siglo XVIII.







Después hay venta de  catálogos sobre  los  tapices, Cds con música  de  órgano. Nos  despedimos de  nuestro guía eclesiástico y  nos vamos a comer, que  esto de la cultura abre mucho el apetito.
Por la  tarde, antes  de emprender regreso a Valencia, pasaremos por delante del palacio ducal de  la Princesa de Éboli  y Duquesa de Pastrana. Pero esa es una  historia para mañana.
Salve y  ustedes lo pasen  bien.


3 comentarios:

  1. Ningú va informar al mossén de Pastrana que en el grup de turistes hi havia una sabudeta?
    (Dona que sempre ha de dir l’última paraula perquè sap de tot)

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  2. Ningú va informar al mossén de Pastrana que en el grup de turistes hi havia una sabudeta?
    (Dona que sempre ha de dir l’última paraula perquè sap de tot)

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  3. Benvolgut Earl,
    El mosén era prou més sabudet que jo, però no contava que tenia en el grup una dona que li dona per comprovar-ho tot. Que tingues un bon Ferragost.

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