jueves, 13 de agosto de 2020

BRIHUEGA Y LAVANDA






Conocimos a Esperanza Ruiz poco tiempo después de abrir La Matandeta. Trabajaba en la  Oficina de la Seguridad Social de Catarroja. Siempre nos ayudó a resolver problemas. Celebró su banquete de bodas en nuestra casa. Ahora está jubilada. Sigue mi blog. Esperanza nació en Brihuega y está muy orgullosa de ello. Y doy fe de que puede  estarlo.
Camilo J. Cela, durante su Viaje a  La  Alcarria entró en Brihuega por la Puerta de la Cadena. También está Puerta del Juego de Pelo.
Cela escribe: Brihuega tiene color gris azulado, como de humo de cigarro puro. Parece una ciudad  antigua con mucha piedra, con casas bien construidas y árboles corpulentos. La decoración ha cambiado de repente, parece como si se hubiera descorrido un telón.
Visitamos la iglesia de San Felipe y los jardines de la  Real Fábrica de Paños. Estos jardines fueron diseñados imitando a los franceses. 



Cela los describe así: El jardín de la fábrica es un jardín romántico, un jardín para morir, en la adolescencia de amor, de desesperación de tisis y de nostalgia. Al lado del gracioso almendro, que parece una señorita muerta, crece el ciprés solemne, que semeja un penitente vivo. Tras los podados, recortados bojos, florecen las paganas rosas de Jericó. Frente al mirto perenne, palidece la montaraz madreselva.



Brihuega fue de gran importancia en  la toma de  Toledo. Cuenta con una  muralla y el castillo de la Peña Bermeja, del siglo XI.
En el castillo hallamos uno de  los  cementerios  más bellos del país, lleno de  viejas tumbas. Por donde mires, hay construcciones medievales.



Pero no se trata solamente de una villa medieval, también es una villa rica  en agua  subterránea . Repleta de fuentes como la  Blanquina o la  de  los Doce caños.




Hemos llegado a Brihuega el sábado 18 de julio. Estamos en plena floración de la  lavanda. La  villa está decorada como para una fiesta. Un festival que este año no tendrá lugar por culpa de la covid-19 y que se viene celebrando desde 2015, el Festival de  la Lavanda. Me cuenta una vecina  de Brihuega que para celebrar la  floración, los invitados deben ir vestidos con prendas blancas y zapatos cómodos. Vamos que he acertado. Las actividades del Festival consisten en clases de cocina, visitas guiadas, vuelos en parapente y globos, conciertos de música. El año pasado actuó Luz Casal. Las  entradas estaban agotadas con meses de antelación.








El verdadero nombre de la planta es espliego. En estos momentos, en La  Alcarria ya están cosechando  la lavanda.
Pero, cómo nace el cultivo de la  lavanda en Brihuega si no había tradición.
Quiso el destino que el agricultor Andrés Corral viajara a la Provenza francesa  y se  sorprendiera  de las enormes plantaciones de espliego. También se dió cuenta de que el clima, las condiciones del suelo, el grado de humedad de Brihuega tenían las mismas características que las de la  zona francesa y por tanto, el cultivo del espliego era  factible en La Alcarria. Ahí se inició el renacimiento de la  villa de Brihuega.
Andrés  Corral convenció a sus hermanos y a un perfumista  muy reconocido, Emilio Valero, de  plantar 600 hectáreas. En este momento son 10.000 las cultivadas. La extensión es menor que en la Provenza, pero la producción supera a  la  francesa.


Cultivaron los campos con espliego y además construyeron una industria  destiladora de aceite esencial de lavanda. Los entendidos  señalan que es  la  mejor fábrica  equipada del continente europeo.
Con la creación de la sociedad Intercoba Aromática, los agricultores del cultivo generaron dos variedades de productos: los relacionados con la medicina aromática  y cosmética y aquellos que sirven para decoración y perfumería.




En fin, que aún sin Festival de la Lavanda, Brihuega era una fiesta. LLena de gente disfrutando de la  villa medieval, de los jardines, de la decoración, de la  amabilidad de sus gentes, de las compras artesanales y de los campos de lavanda que un día, los hermanos Corral tuvieron la feliz idea de plantar.
Ya sé que las comparaciones son odiosas. He estado, por suerte, en  la floración de la lavanda francesa y de la lavanda alcarreña. Si ustedes quieren, alguna vez en la vida, ver cómo florece el espliego, vayan a La Alcarria. Brihuega bien vale un fin de semana.
Salve y ustedes lo pasen bien.



2 comentarios:

  1. Hola, M.Dolores, de casualidad, leí tu comentario del viaje a La Alcarria, a los pocos días de haber regresado yo también de mi experiencia Alcarreña,que me encantó y superó mis expectativas....para mi tierra desconocida, me sorprendió su riqueza natural y su Patrimonio Histórico.
    Y cómo no, la Lavanda, una experiencia inolvidable para los sentidos, todo es, como decía Cela en su libro Viaje a la Alcarria de color azulado y el aroma te persigue y te embriaga.
    Yo también insisto, en que viajemos, al menos una vez en la vida, a esta maravillosa tierra,rica en manantiales y fuentes y rica en vegetación y fauna, y su historia no os defraudará.

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  2. Así es, La Alcarria una región a descubrir .Por su paisaje, por su historia, sus gentes y su gastronomía. El próximo año, si puedo, volveré.
    Un saludo.

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