viernes, 31 de mayo de 2013

LA ISLA

En Córcega dicen doucement le matin et pas trop vite le soir... Las islas tienen un ritmo de vida diferente, quizás porque por mucho que corras y des vueltas, siempre llegarás al mismo sitio. Pero en Córcega, además uno tiene la sensación de que el paso del tiempo no tiene demasiada importancia. Tal vez por eso, todos los cementerios miran al mar, están construidos en terrazas y con panteones.
 
 
Los cementerios marinos dan otra visión de la muerte. A mí me me recuerdan a Serrat, Brassens y sobre todo, a Ovidi Montllor ... faré vacances. En ellos la muerte adquiere otra focalización, menos tenebrosa, se parece más al reposo merecido tras la hazaña de la vida. Córcega está plagada de cementerios marinos que miran al mar con quietud.
En Córcega, nadie tiene prisa. Ni siquiera nosotras, que emprendemos ruta por la costa oeste y hacemos tantos kilómetros que nos es imposible volver al camping. Así que nos alojamos en una casa, cerca de Calvi, Bed and breakfast llamada Casaloha y conocemos a Jean Pierre e Isabel. Pero ya se lo cuento otro día.

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