lunes, 18 de julio de 2022

IRELA ROJAS

 


                                                         Entonces miró extrañado la boquilla maltratada de su Davidoff. Hab                                                             Había lastimado el tabaco, los tabacos son celosos, solía decir, y segu                                                           ramente su sabor ya no era el mismo. Fumar y lucir más joven eran                                                               sus dos aficiones confesas y a las dos se dedicaba con esmero de arte                                                           sano.

                                                                                    Pasado perfecto                                                                                                                                                Leonardo Padura 



 ¡Dioses, qué manera de dormir! ¡Y sin pastillas!Me pregunta Miguel Angel si he venido a La Habana para estar acostada. La verdad es que a las  ocho de  la tarde, me meto en la habitación a leer y al cabo de una hora estoy durmiendo. Eso sí, me despierto a las cuatro y media de la madrugada. La otra vez fue peor. Hace trece años viene por primera vez a La Habana con Joan Roig y me dormí hasta en El Tropicana. Supongo que es debido al calor que me aletarga.

Le he prometido a Rubén Ruiz que escribiré un libro sobre el origen de las recetas de La Matandeta y en ello ando. El escritor lo utiliza todo, hasta sus limitaciones.



Ayer, mientras los tres chicos andaban trasladando trastos al estudio de grabación del programa Chefarándula, yo me fui a recorrer Habana Vieja,

En la entrada de la catedral conocí a Lazarillo, un cubano de sesenta y tres años que, sentado al lado de una mesa, custodiaba las formas de la eucaristía. Lázaro tiene sesenta y tres años y es una especie de sacristán. Me contó que en esta vida ha tenido muchos trabajos y que este le gusta más porque  aquí la gente va a lo que va y no monta bulla. Es un trabajo tranquilo. Me enseña cuatro euros y me pide que se los cambie por un billete. Le explico que, por menos de  cinco euros, no hay billetes en España. Se los cambio por cuatrocientos pesos. Está contento, ha salido ganando. Quedamos  en que otro día volveré y me enseñará la  sacristía.



El domingo, las iglesias de La Habana están llenas. Tantos años de revolución no han podido acabar con el opio del pueblo.

Una parte de la calle Mercaderes está en plena restauración. No puedo contemplar el mural de personajes ilustres de La Habana, tapado con un toldo.

Sigo hasta la bahía y me encuentro con una hermosa casa de balconadas azules y estilo colonial. Me invita a entrar una atractiva mujer negra, pero no azulona. Fuma su tabaquito, es decir un puro habano. Irela Rojas es la guía del Museo de Arqueología, que antes fue primera sede del Colegio de Arquitectos de La Habana. Irela me pregunta mi signo zodíacal y me acierta la edad. Irela tiene un hijo de veintidós años y una niña de ocho con la que vive. El padre se marchó. Irela es técnico en derecho laboral y social. Está contenta con su trabajo. Gana dos mil quinientos pesos al mes, que en el mercado negro son doscientos cincuenta euros, en el oficial, bastante menos. Me cuenta que un kilo de menudillos de pollo comprados por la izquierda, es decir, clandestinamente, en el mercado negro, cuesta mil quinientos pesos. Así que hay que esperar la cartilla de racionamiento. Su hijo estuvo un lunes desde  las  ocho de la mañana hasta las seis de la tarde en la cola para que se lo dieran, el kilo de menudillos de pollo,

Irela me mira fijamente a los ojos y me cuenta cosas de mi vida que yo no le he dicho.

Es una muier serena, tranquila, que ha vivido mucho. No se queja del gobierno, sino de las proezas que hay que realizar en Cuba para seguir subsistiendo. La resolvedera.

La otra noche, Miguel Ángel me presentó al director cubano del hotel. Hay un director español y otro del país, normalmente alguien del partido, que aunque no sepa  nada de gestión es un seguidor del dogma y ha destacado por la revolución.

También me ha dicho Miguel Ángel que como se me ocurra decir delante de los gerifaltes que Cuba es una dictadura, me envía de regreso a España a nado.

Eso y si me dejo la puerta abierta del piso y se escapan sus dos perritas: Gala y Diva.

Habrá que escribir pues, en clave de humor. Hoy, domingo diecisiete de julio ha sido el cumpleaños de Joan Roig. ¡Dioses del Olimpo, Madre del Amor Hermoso, cómo lo echo de menos! La Habana sin él me sabe a poco. También era el Día de los Niños en Cuba. Las escuelas primarias estaban abiertas y realizaban actividades. Me paro en una a hablar con dos maestros. Me relatan el horario de las clases. Primero llegan los maestros y hay adoctrinamiento, Han sido lo han dicho. A las ocho menos veinte los alumnos que forman en el patio para  entrar a las aulas. Lo primero que se hace es hablar de política y de los logros de  la  revolución, después ...

Salve y ustedes lo pasen bien.





                                                

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