viernes, 9 de agosto de 2019

PRIMER DÍA DE PASTA

Desde la ladera del  monte Caputo, donde se sitúa Monreale, se contempla una  magnífica  vista  de Palermo, con el puerto  al  fondo, mirando  en línea  recta. Es la  segunda  vez en mi vida que estoy aquí. Hace calor y el día promete. La visita a Monreale tiene mucho interés  por el Duomo y el  Claustro, auténticas maravillas de arte normando en  Sicilia, que fue conquistada hacia el 1071 por el gran  conde Roger, quien estableció la isla como reino. Este normando formaba parte de unos mercenarios que habían sido pagados por los bizantinos, quienes deseaban expulsar a los sarracenos de la península itálica.


El antipapa Anacleto II invistió a Roger como rey de Sicilia y él la convierte en su feudo. Crea una poderosa flota en el Mediterráneo central y en 1135 conquista las costas de Túnez, creando el reino de África, un protectorado del reino de Sicilia.
Monreale se encuentra a ocho kilómetros de Palermo. La catedral fue construída por Guillermo II y las obras empezaron en 1174. El Duomo, una maravilla, conserva todo su esplendor.


Esplendor del Pantocrator. De la cúpula, del arte normando, que se mezcla con reminiscencias árabes y bizantinas.
Y para despedirnos  de Monreale, nada mejor que un buen plato de pasta en la Taberna del Pavone.
Esto no ha hecho más que comenzar.
Salve y ustedes lo pasen bien.






















domingo, 4 de agosto de 2019

QUINCE DÍAS EN SICILIA. EL ANSIA DE VAGAR




                                                                                  Todo fluye y solo lo fugitivo permanece y dura
                                                                                       
                                                                                                             Luis Racionero



Manuel se ha levantado nervioso esta mañana. Lleva así varios días. A sus once años y medio, hoy subirá por primera vez a un avión. ¿Y si se para en mitad del cielo? No se parará. ¿Y si se cae? No se caerá. ¿Y cómo sabe el piloto dónde está Sicilia si el vuelo es de noche? El piloto ya ha ido muchas veces a Palermo y no se pierde. ¿Cuántas veces puedo ir al lavabo sin tener que pagar? Todas las que quieras. ¿A quién conoces en Sicilia? A Roberta Barbuscia. ¿Y dónde os visteis por primera vez? En La Matandeta. Y las preguntas siguen y siguen esta mañana, como lo hicieron en días anteriores.
Pero son muchos días, quince. Mejor, así vagaremos más por la isla. La pelota de la bota. No parece una pelota, es como un cagallón. ¡Hombre! Si, mira qué forma tiene. Y Manuel le da vueltas y vueltas al globo terráqueo que le regaló el abuelo Luis por Reyes. Agrigento, Siracusa, Trapani... Ahí estuve hace muchos años en un viaje de trabajo. ¿Y de qué te acuerdas? De que era muy joven y siempre me estaba riendo. Me dijiste que íbamos a Holanda, después a Bulgaria, ahora a Sicilia, ¡jope! Bueno, en todas partes tenemos amigos, pero Sicilia... La ocasión la pintaron calva y la intuición fue clara. ¿Eso qué significa? No entiendo lo que dices. Que tienes un aia muy intuitiva, que cuando no hace caso a las señales que aparecen en su vida, le va mal.



Manuel sigue con sus inquietudes ante el viaje que, aunque ya hace días que comenzó, emprendemos esta noche. No lo tiene claro. Le ocurre como a su madre: Primero no quiere ir a nuevos lugares, después no quiere regresar de ellos. El viaje a Marruecos en abril fue para él iniciático. Lo que más le asombró, los niños. Hay quien hereda de su familia un cortijo, un piso o unas deudas. Yo espero estar transmitiéndole a Manuel mis ganas de conocimiento y mis ansias de vagar, de moverme por el mundo, de conocer otras gentes, otro paisaje del habitual, de dejarme llevar.
Como dice Luis Racionero los aviones despegan y regresan, pero las ideas emociones y sensaciones se mantienen. Se abandona el territorio pero no lo vivido y aprendido. El viaje más importante es el viaje de la  conciencia en la que esta cambia y se transforma. La mente se activa y los sentidos despiertan para establecer una triple competencia entre lo racional, lo irracional y lo sensorial. Un viaje es un aprendizaje, un autoconocimiento y una adquisición del sentido de libertad.
Hay muchas maneras de viajar. Con mucho y también con muy poco. La mitad de estos días, yo ejerceré de mantera profesional, en ironía de mi amigo Remigio Oltra. Y espero que Manuel disfrute tanto como lo hago yo.
¿Y por qué Sicilia también se llama Trinacria?  Es el nombre que le pusieron los griegos. Ya lo iremos descubriendo.

domingo, 7 de julio de 2019

EL PICO DEL TEJO





                                                                                     El auténtico provecho no se alcanza                                                                                                       lamentando lo irreparable, sino alcanzando el                                                                                         mayor  partido posible a lo que somos. 
                                                                                   No se alcanza quejándonos de que no poseemos                                                                                       las  herramientas adecuadas, sino dando buen                                                                                        uso a lo que tenemos.

                              
                                                                                                        Fuerza diaria para necesidades                                                                                                               diarias   
                                                                                                                  Mary Wilder Tileston


He iniciado por última vez la senda que lleva hasta el antiguo telégrafo. Por mucho que corra Ulises, nunca alcanzará a la tortuga. La María Dolores que llegó a Requena un lunes tres de septiembre, no es la misma que se marcha un viernes, cinco de julio. ¿En qué momento se produjo el cambio? El cambio es lo habitual, aunque no nos percatemos de ello.
Son las siete de la mañana y hace fresco. Uno, dos, tres... En quince minutos estaré en las ruinas del edificio que un día permitieron la comunicación de Requena con otros lugares. Uno, dos, tres... Cuesta arriba. Cuántas veces a lo largo de estos meses, me he dicho... Si lo consigo, seré mejor madre, mejor amiga, mejor profesora de francés. Uno, dos, tres... Construyendo mi voluntad a base de esfuerzo.



Desde la caseta del telégrafo, observo todas las mañanas el Pico del Tejo. No vayas sola, me advirtió Laura E. Podemos organizar una excursión después de los exámenes de la PAU.
¿Llevaremos bocadillos? ¿A qué hora saldremos? ¿A las seis hace demasiado frío?
La fecha es el treinta de junio, domingo. Han aprobado de sobra la PAU. Un requisito más para formar parte del sistema. Sin comentarios.
Ayer, viernes, ocurrió algo en el IES Oleana, pero no quise enterarme demasiado, suminada como estaba en mi propio pesimismo.
Es sábado. Todos los informativos han anunciado la subida de temperaturas. En Requena, el calor es bochornoso. Me  extraña estar aquí. Nunca paso los fines de semana. Estoy esperando a mi amiga del alma, Carmen y a mi nieto, Manuel. Mañana subiremos con mis alumnos de segundo de bachillerato al Pico del Tejo. Me voy al mercado que es en la Avenida del Arrabal. Nunca lo había visto. Me cruzo con varias alumnas y por su saludo y su cara risueña sé que mi nota fue buena. ¡Qué calor!
De vuelta a mi estudio, me detengo en la entrada de la iglesia de El Salvador. En Requena, siguen colgando esquelas, como antaño en mi pueblo. Y leo...  ha fallecido L.P. alumna del IES Oleana, hermana melliza de P.P. y todo empieza a darme vueltas. Por eso, los de segundo, que tanto insistieron en la excursión, no habían confirmado la hora.


En el tanatorio estaban mis compañeros, el director, la jefa de estudios y mi alumna, la melliza, en estado de shock. Salió en la prensa. Ha muerto una joven de diecisiete años al atravesar, cerca de las cuatro de la madrugada, el inicio del túnel que lleva de la Plaza de España a Germanías.
Seguramente sus padres estaban tan tranquilos, en Requena, pensando que no tenía coche. Que lo peor que le podría ocurrir es que perdiera el autobús y tuviera que andar, de madrugada, hasta casa de la amiga que la hospedaba. Ciertamente estarían contentos por las notas de la PAU, por el esfuerzo. Y empezaba una nueva etapa en la vida de sus mellizas...


Pero no hay más certeza que esa. Tarde o pronto, nos tendremos que ir. En una de sus obras, W. Somerset Maugham, cuanta lo siguiente:
Había en Bagdad un mercader que envió a su criado al mercado a comprar provisiones, y al poco rato el criado volvió pálido y tembloroso, y dijo: "Señor, hace un momento, cuando estaba en la plaza del mercado, me ha empujado una mujer entre el gentío y, al volverme, he visto que era la muerte la que me empujaba. Me ha mirado y ha hecho un gesto amenazante; ahora présteme su caballo, y me iré de esta ciudad para eludir mi destino. Iré a Samarra y allí no me hallará la muerte".
El mercader le prestó el caballo y el criado montó, le hincó las espuelas en los flancos y huyó tan aprisa como alcanzaba a galopar el animal. Después el mercader fue a la plaza y me vio entre la multitud, se me acercó y me dijo: "¿Por qué has amenazado a mi criado esta mañana?". "No era una amenaza -dije-, sino un gesto de sorpresa. Me ha sorprendido verlo aquí en Bagdad, pues esta noche tengo una cita con él en Samarra".


Da igual si tenemos una enfermedad crónica o terminal. Si estamos sanos como una campana o nos hemos inscrito en la última maratón. Ella... Siempre nos está esperando. No sé qué ocurrirá el próximo año con mi vida. A la edad en la que todo el mundo se jubila, yo acabo de aterrizar. Pero me gustaría repetir. IES Oleana, Requena. La gente es fenomenal. Y siempre tengo la senda del telégrafo.










martes, 2 de julio de 2019

PASEOS CON ALBERTINA



                                                                               Los lugares no son como las personas, pero son                                                                                       parte de nosotros, el escenario de nuestras vidas y                                                                                  el consuelo del tiempo ido.

                                                                                                        Javier Marías



En Albertina desaparecida, sexto y último volumen de la novela En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust, el autor desarrolla con su profundo y elegante estilo, el relato de las angustias, el deseo, los celos ... sentimientos que sucumben frente al paso del tiempo. Como lo hemos hecho esta tarde Albertina Torres y yo, entre viñedos.
Albertina tiene nombre decimonónico y es la mujer más alejada de ese calificativo. Porque Albertina rezuma modernidad... Todo lo sólido se desvanece en el aire. Las relaciones son líquidas y la biografía de esta mujer, que ella misma me desgrana, paseando entre cepas de Bobal, en Caudete de las Fuentes, pueblo donde nació y donde reside, lo demuestra.
Vivió a partir de los ocho años en Carcasonne. Diez años después Caudete, Valencia, Madrid, Nueva York, Montreal, Londres... Ciudadana del mundo y militante de la zona vitivinícola de Utiel-Requena.


Albertina trabaja en la bodega Pago de Tharsys. En el departamento de Enoturismo. Acoge a los grupos que llegan de cualquier parte del mundo. Chinos, rusos, japoneses, americanos... Les cuenta la historia de la bodega, los atrae con sus anécdotas, los seduce con su forma de catar los vinos porque su voz, elegante y pausada, puede expresarse perfectamente en francés e inglés, Albertina es trilingüe.
Albertina escribe para Verema crónicas sobre otras bodegas, otros personajes de este mundo tan único. Albertina participa en todo movimiento que sirva para potenciar y dar a conocer la Bobal, la variedad típica de la zona. Dan fe de ello los documentales La Bobal y otras historias del vino  y La Bobal revisited. 
Albertina retrata la luz del campo, la naturaleza en estado puro, la España rural. Su trabajo se puede visitar en www.albertinatorres.com



Cae la tarde y regresamos a su casa. Yo  preparo la cena con una rapidez que a ella le sorprende. Le explico que durante doce años me gané la vida así, cocinando.
Y siguen las anécdotas, las risas, las confidencias delante de un cava Gran Reserva, Pago de Tharsys, que ya quisiera haber probado el mismísimo Dyonisios.
Salve y ustedes los pasen bien.

sábado, 22 de junio de 2019

GENTE QUE PASA POR AQUÍ

¿Han oído ustedes hablar del síndrome del empleado quemado? No se lo comenten a un trabajador de la hostelería o les dará un máster sobre el síndrome del empleado carbonizado.
Aunque, como dijo Woody Allen, la comedia es tragedia más tiempo.
Llegó por sorpresa Anka Koleva desde Bulgaria, nuestra Anie. Yo salía del instituto de Requena, caminaba por la Avenida Alfonso X, bajo los plataneros como si estuviera en Aix-en-Provence, cuando me dió esa noticia. Así que ni corta ni perezosa convoqué a varios históricos en La Matandeta.
Recogí a Anie en el Horno del Don, como lo hizo tantos años antes mi padre, como después Rubén. Y nos fundimos entre lloros y abrazos. Nunca se pide bastante perdón cuando se ha sido injusto con alguien. Nunca nadie fue tan indulgente, cuando se hace cargo de las circunstancias. Mi amiga María Escorihuela dio testimonio de ello.
Pero las sorpresas no acabaron ahí. La Matandeta, según Ferrán Marí, es un castillo encantado. En el que los buenos no son tan buenos y los malos pecan de inocentones. En el que puedes entrar a la una del mediodía y salir a las cuatro de la madrugada sin necesidad de que asista un cura a tu confesión más íntima. Un lugar, donde enfrente sigue creciendo el arroz y dentro las historias, los personajes, los encuentros y desencuentros. No vendemos arroces, sino una forma de entender la vida.
El Bolo ahora practica  el boxeo y ha perdido un montón de kilos. Le costó varios años repetir veinticinco kilómetros y ha visto que la próxima vez la distancia será mucho más corta.
Miguel Paris estuvo muchos años sin dirigirme la palabra. Y eso que como despedida le regalé un anillo que me costó trescientos euros. Ahora, doce años años después, veinte kilos más de peso y mucho más entendimiento, se casa el próximo 22 de febrero en nuestra casa, que es la suya.
Ah! Por cierto, ¿de qué ibamos a hablar hoy?
De la gente que pasa por aquí. Salve y ustedes lo pasen bien. Ya está aquí el verano.