Hay un relato de la ciudad que no está escrito en sus monumentos, ni en sus hitos históricos. Es el relato que cuentan sus gentes, que dejan impreso en trozos de cartón, a mano, con premura y escualidez. Pura poesía urbana, testigo del afán habanero por mantener a flote la vida. Y no es fácil, nada fácil. La inercia es la que gobierna.
Soy María Dolores Baixauli, Graduada en Lenguas Modernas y Experiencias Vitales. Máster del profesorado de la Universitat de València y de lo que ocurre en la calle. Tengo un restaurante, La Matandeta, que acaba de cumplir treinta años. Mis aficiones son la natación, la curiosidad, el senderismo, la observación, la gastronomía, la conversación y por encima de todo, la literatura y los viajes. Bienvenidos a bordo. Embarquen por la puerta que les parezca más interesante.
martes, 17 de septiembre de 2024
CARTELES DE LA HABANA
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Te faltó uno dice “hay perro, el dueño muerde” me encantó esta historia
ResponderEliminarMe apunto a neuróticos anónimos
ResponderEliminarJajaja “No molestes no hay” debería ser un mantra
ResponderEliminarMuy buenas!
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