domingo, 9 de enero de 2022

GLOBOS EN CAPADOCIA

     


                  Lo que uno ama en la infancia, se queda en  el corazón para siempre

                                                              Jean Jacques Rousseau


Me gusta ir al circo. Y montar en globo. Lo primero lo sigo haciendo desde la infancia. Lo segundo no lo experimenté hasta  ahora. Y mi bautismo  ha sido en la Capadocia.

Capadocia viene de Katpadukya que significa Tierra de bellos caballos. De aquí salieron los que montaron el rey Jerjes y el emperador Darío.

Nos encontramos en Göreme, la población y el Parque Nacional, que fueron declarados por la Unesco, Patrimonio de la Humanidad en 1985. El paisaje único de Capadocia es el resultado de la acción de fuerzas naturales durante milenios. La toba calcárea ha adquirido formas caprichosas, lunares, tras millones de años de erosión. Un paisaje único ubicado en la Anatolia Central.

Son las seis y media de la mañana. Está todo oscuro. Los intrépidos niños que llevamos dentro, han decidido que hoy montarán  en globo por primera vez en su vida. Estamos a cinco grados bajo cero. Una mujer de mi edad, que vive en Teruel y viaja con su hija veinteañera, le espeta a Eti, nuestra guía: Qué lástima que no comáis cerdo. Con el frío que hace aquí se os secarían los jamones enseguida. Eti, que ha bajado en pijama y con una cazadora, no parece enterarse. Nos embarca y se vuelve a la cama. Pero yo empiezo a partirme de la  risa. Menuda ocurrencia.




Todavía no ha amanecido cuando llegamos al lugar donde están  inyectando gas helio a los globos. Jóvenes turcos se afanan para que podamos disfrutar del espectáculo. Contemplar la Capadocia desde el  cielo.



Pero no se trata de un globo, ni dos, ni tres. ¡Ciento veinte globos! Con veinticinco personas en la cesta de cada uno. ¡Madre mía! ¡Qué maravilla! ¡Qué regalo nos han traído los Reyes Magos de Oriente! Una experiencia que Manuel no olvidará en su vida. Y su abuela tampoco. Montar en globo en la Capadocia.







Está amaneciendo. La turolense viaja a mi lado en este globo. Me acuerdo de sus palabras en el  hall del hotel. Y me vuelve a entrar la risa. Me  río  tanto, que echo la cabeza hacia atrás y  el gorro de  lana que me compré en Cracovia a  principios de mes, se me cae y queda prendido en un arbusto. Este no me ha durado treinta y cuatro años. Pero qué a gusto me he quedado. Me gusta montar en globo. Pero mucho más reirme. La risa es la mejor  terapia que se  ha inventado.




Aia, me dice Manuel, ya en casa, el tour de la Capadocia es lo que más me ha gustado. Supongo que ha sido un gran regalo que nos hemos hecho.

Ya saben, si van por aquellos lares, no se pierdan el viaje en globo. Eso sí, no se olviden de llevar al niño que todos conservamos dentro.

Salve  y ustedes lo pasen bien.





 



     


2 comentarios:

  1. Como Nieto de mi abuela, a sido
    Una experiencia única seguramente se repita pero ella no podrá o no estará así q lo e vivido como nunca gracias por ayudarme a aprender tanto

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  2. Que pasada, precioso, y preciosa experiencia, si voy alguna vez a la Capadocia, no me la perderé.

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