Como no se sabía muy bien para qué servía occidentalizarse aparte de para librarnos de las exigencias de la religión, el uso de las salas de estar como espacios en los que se exponían los símbolos intactos de occidentalización y la riqueza con un triste (y a veces poético) espíritu acumulados fue algo que afectó no solamente a Estambul sino que se extendió por toda Turquía en los años cincuenta y que comenzó a olvidarse solo cuando la televisión entró en las casas a finales de los setenta. Estambul. Ciudad y recuerdos Orhan Pamuk Los hititas se establecieron en la península de Anatolia en el siglo XVIII antes de Cristo.. Hitita en turco es Eti. Así se llama nuestra guía. Una mujer bajita, de pelo oscuro, que se declara de tradición musulmana, pero no practicante. Eti nos contó que las turcas no se velan. Pero eso, por lo que he podido observar, no se corresponde a la realidad. En el barrio de Fatih, fuera del circuito turístico, hay mujeres vestidas al estilo musulmán por todas partes.
Cuando le hablo de Pamuk, me contesta que no quiere a Turquia. A lo mejor es porque el premio Nobel se ha atrevido a denunciar públicamente la muerte de treinta mil kurdos y un millón de armenios en este país.
A nuestra llegada a Ankara, la opinión de Eti sobre el actual presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan queda clara al señalarnos, a nuestra izquierda el complejo de mil quinientas habitaciones y cincuenta baños en el que viven él y su esposa.
Erdogan es fundador y presidente del Partido de la Justicia y el Desarrollo, de ideología islamista moderada. En 2023 habrá elecciones y queda claro que no cuente con el voto de nuestra guía.
Ankara, Angora en español de hace siglos, es la capital de Turquía desde la declaración de la república en 1923. Estambul es un punto muy estratégico y codiciado por las potencias y muy difícil de defender. Así que Mustafá Kemal Atatürk, se llevó la capitalidad a una pequeña ciudad que en aquel entonces apenas contaba con veinticinco mil habitantes y era conocida en el mundo entero por su raza de gatos.
Hoy Ankara es una ciudad moderna de casi cinco millones de habitantes y donde se encuentra el Mausoleo de Ataürk, fallecido en 1938.
Los retratos de Atatürk, que significa padre de los turcos, aparecen en los bazares, en las tiendas, sus esculturas en los parques y jardines. Los turcos siguen teniendo presente al militar y político que llevó al país hacia su occidentalización.
La ley de apellidos (antes de 1923, los turcos no tenían apellidos), el cambio del alfabeto árabe al latino, la abolición de la poligamia, el derecho de voto de las mujeres, así como el derecho a ocupar cargos públicos, son algunos de los cambios revolucionarios que llevó a cabo en tan solo quince años de gobierno.
La vida de Kemal, que significa perrfecto y que le fue impuesto por uno de sus profesores, no fue larga, pero sí fecunda. Militar que se destacó durante la Primera Guerra Mundial en Gallípoli, estratega y político que tuvo claro cuál debía ser la posición de Turquía en el mundo, hoy en día, los habitantes de este histórico país, lo siguen teniendo presente. Todos los años, a la hora de su muerte, acaecida el 10 de noviembre, a las 9,05, el país se paraliza durante cinco minutos.
Eti, la guía, no esconde su pasión cuando habla del primer presidente de la República Turca, al mismo tiempo que se lamenta del retroceso de cuarenta años que está sufriendo su país con Erdogan. El mausoleo que el país dedicó a su héroe es impresionante. En lo alto de una colina, desde allí se divisa toda la ciudad. Es un día de entre semana, pero no dejan de llegar visitantes.
Hace unos años, Antonio Banderas anunció que entre sus proyectos se encontraba su intención de llevar a la pantalla, dirigir e interpretar, la vida de Atatürk. No me extraña, el personaje es digno de ello. En la novela de Kenizé Mourad De parte de la princesa muerta, aunque está dedicada a la vida de su madre Selma Mourad, nieta del último sultán otomano, constantemente aparece la figura del Atatürk y así lo describe: La joven generación, decepcionada por los errores de los políticos y los fracasos de sus viejos generales, lo pone por las nubes. Y las mujeres se vuelven locas por él. No sólo es valiente, sino bello y arrogante. Tiene la tez clara, los pómulos altos y unos ojos azules que relampaguean, pero que a veces pueden ser muy dulces; y magníficos cabellos rubios, de ahí su apodo, Rosa de Oro. Nació en Salónica, dicen que es de orígen albanés. Su padre era un pequeño empleadeo de aduanas, pero él parece un príncipe, esbelto con su uniforme de corte perfecto. Además, está intimamente convencido de su superioridad y toda su persona irradia una fuerza y energía casi salvajes.
Murió en Estambul de una cirrosis hepática. Tenía cincuenta y siete años y en solo quince de gobierno consiguió poner patas arriba su país.
Y entre estas y aquellas, llegamos a Capadocia...
Cada día escribes peor.
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