Me gustan los restaurantes y los hoteles que, con el paso del tiempo y los personajes, acaban convertidos en museos. De los primeros, me quedo con Le Procope de Paris, donde Danton y Robespierre intentaban llegar a un acuerdo, sin tener que recurrir a la guillotina y donde te sientes como en la película de Andrej Wajda. De los segundos, he tenido la suerte de visitar en este viaje el Pera Palace Hotel.
Me gustan tanto estos lugares que les recomiendo un libro Hotel Nirvana de Manuel Leguineche, si quieren visitar literariamente los más legendarios de todo el mundo. Algún día, escribiré un relato del Hotel Recatí, que nos pilla más cerca y que tuve la suerte de visitar cuando era una niña. Les narraré los baños de madrugada, desnuda en la piscina, de Ava Gardner, mientras José Iturbi tocaba el piano y Hemingway arramblaba con la barra. Lo digo públicamente para que me tomen la palabra.
El Hotel Pera Palace fue inaugurado en 1892, para alojar a los viajeros del Orient Express, ese tren de leyenda que cubría el trayecto Paris-Estambul y cuyos intereses económicos fueron uno de los detonantes de la I Guerra Mundial. Millonarios de todo el mundo pusieron de moda una línea que cruzaba Europa.
Yo también he viajado en el Orient Express desde Budapest a Paris. A los dieciocho años con una mochila y un billete de Interrail. Claro, que no me crucé con ningún rico.
Situado en el distrito de Beyoglu, que durante la Edad Media fue conocido por su nombre en griego, Pera, que significa más allá, se encuentra en la parte europea de Estambul, a poca distancia de la avenida de la Independencia o Istikial y de la plaza Taksim.
En él se hospedaron Agatha Christie, el rey Eduardo VII, Hemingway y cuanta personalidad pasó por Estambul. Pueden admirar la habitación 101, en la que se instalaba Mustafá Kemal Atatürk, el padre de la República de Turquía. También pueden ver la habitación que ocupó la escritora inglesa y en la que se dice escribió parte de su novela Asesinato en el Orient Express.
Nosotros no tenemos dinero para hospedarnos aquí, pero sí para tomarnos un Aperol spritz y brindar por el año nuevo antes de irnos a contemplar la iluminación de la torre Galata.
Pero qué bueno está el aperitivo que se inventaron los italianos.
Salve y ustedes lo prueben pronto si todavía no lo han hecho.
Qué viaje tan interesante en 5 minutos.Me encanta ...!
ResponderEliminarHola, soy una gran degustadora del Aperol, pero me encantaría tomarlo en el Hotel Pera Palace, entonces ya sería como vivir un sueño.
ResponderEliminarEl viaje muy interesante contado en pocas palabras.
Continua, Maria, no pares!
ResponderEliminarT'estime
Pasábamos por la puerta todos los días para ir a nuestro hotel, pero teníamos tanta prisa por callejear por Estambul que no entramos nunca la próxima vez entraré y me tomaré el vermut
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