martes, 31 de diciembre de 2013

DE LO FANTÁSTICO Y MARAVILLOSO.

   Lo maravilloso es siempre bello,
todo lo maravilloso, sea lo que fuere, es bello,
e incluso debemos decir que solamente lo maravilloso es bello.
André Bretón, Manifiesto del surrealismo.


Si nos paseamos a la salida de la jornada escolar por cualquier parque público de cualquier ciudad del mundo occidental, no nos será difícil contemplar y escuchar a los niños inventando la vida y aprendiendo a vivirla a través de sus juegos. Es fácil que junto al Capitán América, Superman o Spiderman, héroes del siglo XX, los pequeños puedan identificar a nuestros requerimientos que Excalibur fue la espada del rey Arturo, el de la Tabla Redonda y los nobles caballeros, que los trolls, hadas y duendes poblaron la Tierra Media donde vivían los hobbits y los elfos. Sin ningún apuro afirmarán que hay manzanas, sobre todo las muy rojas, que en su interior encierran veneno, que hay lobos que tragan abuelas y nietas, a ser posible las que llevan caperuchas y que hay princesas que con un beso de amor, son capaces de despertar de un sueño de cien años. Pero si seguimos con nuestra inquisitoria, no mostrarán ningún reparo en informarnos que ese caballero andante del que les hablamos se llama D. Quijote y  Sancho Panza, su fiel escudero. Todo ello sin dejar de columpiarse, deslizarse por el tobagán y lo más sorprendente, sin siquiera, a su corta edad, haber aprendido a leer un libro y mucho menos conocer los nombres de Todorov y Le Golf que tanto han teorizado sobre lo fantástico y lo maravilloso de los relatos.
¿Por qué hay personajes literarios que son capaces de trascender los libros que los contuvieron, los siglos que los albergaron y llegar hasta nuestros días? ¿De qué pasta los crearon sus autores, muchas veces anónimos, para que estos pequeños lectores, a siglos de historia y de vida, los reciban y los alberguen en su imaginación?¿De qué clase es el cedazo que los hizo colar en la historia de la literatura para llegar tan frescos hasta nuestros días? Quizás todos ellos tengan algo en común: lo fantástico y lo maravilloso que encierran.
Para Marcel Scheider lo fantástico explora el espacio de lo interior, tiene mucho que ver con la imaginación, la angustia de vivir y la esperanza de la salvación. A lo que podríamos añadir con Einstein que la imaginación es más importante que el conocimiento. Y de ella nos valemos para seguir adelante. Quizás por ello seguimos soñando y comprando billetes de lotería, paseamos con un cántaro de leche en la cabeza y hay mucha noches que nos parecen Nochebuena.
Tal vez esos relatos con elementos sobrenaturales siguen ahí porque los niños no llegan a interrogarse nunca sobre su naturaleza, porque no se los toman en realidad al pie de la letra y sí como una orientación para la vida, juegos de carácter iniciático que los preparan para el camino real con sus propias leyes que dan poco pie a creer en lo sobrenatural.
En fin, se acaba este año que era trece y en el que a todos nos ocurrieron muchas cosas. El catorce se nos presenta como un camino aún por descubrir. Quizás llenarlo de fantasía e imaginación podría ser el mejor regalo que nos hiciéramos a nosotros mismos, tal como hacen los niños.
Feliz año 2014 para todos y gracias por haberme seguido y haber leído mis historias.
 Con mucho afecto, María Dolores.
 
 
 

2 comentarios:

  1. La riqueza está muerta, pero es bella, es bella, pero está muerta.
    Los hombres que viven y meditan sobre sus vidas, se dividen en dos grandes categorías: los que saben que la riqueza es bella pero está muerta, y los que saben que está muerta, pero es bella. Todo estriba en estas dos palabras girando en torno a un mismo pero...
    Para mí es bella, pero cada día está más muerta.

    Cándido, o un sueño siciliano - Leonardo Sciascia

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