viernes, 13 de septiembre de 2013

EVA EN SU ESPLENDOR

Hay trabajos que te los tomas como una rutina, trabajos gratificantes y trabajos en los que vuelcas emociones. Tener un restaurante supone tener un hatillo de todo esto. Sobre todo, es en esto último en lo que suele decir la gente que nos distinguimos con el resto de restauradores. Bueno, yo no diría tanto, ni pretendería tan poco. Hay mucha gente como nosotros en el gremio de la restauración. No se hacen solo las cosas por su vertiente económica. Es mucho más importante la emoción. Y así nos va. Hay quien  es capaz de recorrer 10.000 km. desde Seúl, Corea, como  Soon Yu para venir a participar en un taller de paellas  y, sin embargo,  los de mi pueblo, Sedaví,  son incapaces de recorrer 4 km.  Aunque siempre hay salvedades, muy gratificantes. Como la de Eva y Fernando, que vinieron, nada más comprometer su relación ante fe pública, a celebrarlo en La Matandeta.
Eva es la hermana pequeña de mis amigos y compañeros de colegio, María y José Escorihuela. Pero la diferencia con estos dos hermanos, que entre ellos se llevaron muy poco, es tan grande que Eva dice que ella fue de otra camada.
A Eva Escorihuela, yo le dí clases particulares un verano, cuando ella se parecía más a Pippi Calzaslargas, que a Rita Hayworth, como lo hace hoy, en su espléndida madurez de cuarenta años y su hermosa melena pelirroja. 
Eva está espléndida a los cuarenta, una fruta que maduró bien y con tiempo, hubiera sol o tormentas tardías. La ceremonia civil la ha oficiado, en Sedaví, mi primo Ferran Baixauli, así que todo queda en casa. Me cuentan que ha sido muy emotiva. Eva y Fernando han venido a comer con sus respectivos padres. A Fernando no le van los jolgorios y menos si es el protagonista. Bromeo con el novio. Hombre, nos podrías haber arreglado un viernes con una fiestecita aunque fuera para cuarenta invitados. Pero lo entiendo. Si me hubieran dejado, yo no hubiera asistido ni a mi propia boda. No está bien que yo diga esas cosas, que me empeño junto con el resto del equipo en que los demás pasen un día muy especial cuando vienen a celebrarlo a nuestra casa, La Matandeta. Pero ya saben, en casa del herrero, cuchillo de palo..
Eva en su esplendor. Mucha suerte, querida niña. Te la mereces.
 
 

1 comentario:

  1. Toda la vida allá donde hallamos ido juntos he sido el novio de mi tía para desconocidos y ajenos a mi familia. Y ahora cuando casi creía que sería para mí, va y aparece el hombre de su vida. Es maravilloso ver como alguien tan querido para mí, retoma las riendas de su hogar con alguien tan especial como Fernando, un hombre de carácter tranquilo y sosegado, que la quiere tanto a ella como a mis primos. Me alegré mucho cuando supe de su enlace y como no podía ser de otra manera fueron a celebrarlo a casa del tío Matanda que es casi como nuestra casa. Felicidades a los dos , espero que seáis muy felices y enhorabuena a toda la familia de la Matandeta, porque gracias a vosotros nuestras reuniones familiares se hacen si cabe, más entrañables.

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