domingo, 2 de octubre de 2022

DE BUENOS AIRES A VALENCIA

 


Los argentinos no pronuncian la  ll ni la y. La  cambian por una ch, yo diría que resbaladiza aunque  no suene muy fonético. Dicen chamame, choverá, cho. El modo  imperativo no es como el nuestro. Ellos  lo escriben  como lo pronuncian: Vení, Lleváme, Comprás. 

Un choro es un ladrón, un morocho es un  hombre o un chico moreno, así a Carlos Gardel lo llaman el morocho de Abasto, una morrudita, una  chica  con mucho pecho, un changuito, un carro de  la compra (lo que nos reímos con esta palabra).  Emplean mucho la palabra italiana guarda que significa mira, presta atención.

Utilizan mucho la muletilla ¿si? Y aquí, como en otros lugares de  Latinoamérica, como Cuba y Ecuador  para  decir vale dicen dale. Utilizan el vos: Vos tenés  la  culpa! !Ah! Y a todas horas: ¿viste?

    El español de Argentina tiene una cadencia muy dulce.

Después está el lunfardo, una jerga, en principio de delincuentes, que se nutrió de las palabras de las distintas olas de inmigrantes, que habló después la clase media y baja, que se mantiene en algunos lugares de Argentina y también en Uruguay y de la que se nutrieron las  letras de tango. 

Por ejemplo, en lunfardo, la cana es la  policía, la guita, el dinero, un gil, un tonto, el laburo, el trabajo. La palabra lunfardo viene del gentilicio lombardo. En el siglo XIV los lombardos eran usureros y prestamistas y de ahí  derivó su fama de ladrones. En los conventillos, es decir, en las casas comunitarias en las que se establecieron los inmigrantes se hablaba variedad de lenguas y de ahí se fue creando un argot para poderse entender entre ellos. 


Hoy es nuestro último día en Argentina y nuestra amiga Lorena nos va a llevar al barrio de Palermo. Eso sí, antes comeremos una parrillada en el barrio porteño de Boedo. Y a fe mía que se come bien aquí. Los argentinos comen a partir de  las doce y eso hemos  hecho nosotros  en un asador lleno de familias, de  parejas y de gente  en su  día de fiesta. Una curiosidad, en esta ciudad, no sé si  en el resto del país, es costumbre tomar en el restaurante, botellas de  cerveza de litro, algo que  para nosotros se cierne  a los bares  de  polígono.


En la plaza Serrano de Palermo hay montado mercadillo artesanal todos los fines de semana. Palermo es un barrio muy grande lleno de zonas verdes y parques. Es tan grande que se subdivide según la actividad. Está Palermo Soho, y Palermo Hollywood que es por los que nos movemos hoy. Está la zona donde viven los armenios, donde a Lorena todavía le queda familia. Un barrio de clase media y alta, limpio y ordenado.



Este barrio tiene su origen en las tierras que repartió el fundador de Buenos Aires, Juan de Garay, al navegante que luego conduciría las naves hasta la ciudad de Asunción por el río Paraná. A Palermo, que así se apellidaba, le concedió tierra rasa a lo largo de la orilla del río de La Plata.








Nos despedimos  de  Lorena  en el  sub. Ha  sido  una guía  increíble por esta ciudad. Sin ella  nos  hubiéramos perdido  muchos  rincones porteños. Nuestra amiga  nos  abraza y nos dice que la próxima vez que vengamos, nada de hoteles, nos quedaremos en su casa de General Urquiza.

Si estuviera aquí mi amigo Remigio Oltra, le susurraría al oído: ¡Guarda!¡No sabes  lo que  acabas de  decir!¡Estás ante  una  mantera  profesional!

A la salida del sub, hay cola para entrar en el Café  Tortoni, así que me lo  pierdo, mañana nos espera  un largo  viaje de doce horas de avión hasta Madrid. Después, Valencia.

En Manises, Pepa cogerá un taxi. Tiene que ir a  Sedaví, ducharse, cambiarse y acudir a  un curso para auditores. José Vicente llamará a su hermano que lo acercará a  Bétera, donde piensa  desconectar el teléfono y  dormir unas cuantas  horas.

Rubén y Helena recogerán mi equipaje, me acercarán a  Valencia donde pasaré cuatro horas antes de poder estar en La Matandeta. ¿Adivinan por qué? En  el  Perito Moreno recibí noticias de Mary Poppins y tengo que cumplir...

Gracias por seguirme en este viaje. Me dejo muchas cosas en el tintero, porque también hay otra forma de "contar el tango". Argentina es un país con una gran belleza  natural. Pero como todo en la vida, también tiene su lado oscuro, siniestro. No se pierdan las películas "Argentina 1985" y "El vasco". La primera les estremecerá, la segunda  les  hará  reír.

Gracias de nuevo y hasta  pronto.

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