miércoles, 17 de abril de 2019

MARRUECOS EN ABRIL. DE REQUENA A LAS PEDRIZAS






                                                                            Iam mens praetrepidans avet vagar...
                                                                            (Ya mi mente estremecida ansía vagar)
                                                                                               Cátulo



Dice el sabio chino que el movimiento del tao es el retorno. Y hoy empezamos a viajar para volver. De lo contrario no sería un viaje. Sería un traslado, una mudanza, un cambio de país, de ciudad, de vida... De esto último he dado buena cuenta en los últimos tiempos. Aquí no hay vuelta de hoja, pero en cuestiones de viaje, la vuelta es el propósito último y por ello todo está en función de este propósito. Una se marcha con el fin de volver. Pero al mismo tiempo se va con el deseo de volver a encontrarse, de salirse del ámbito de lo cotidiano y evolucionar más allá de la rutina. Descubrirse en el espejo de nuevos rostros, en la visión de otros paisajes. Pero también se viaja para no aburrirse o quizás para lo contrario. Una vez acordado que vamos a volver, seguiremos el consejo de Chuang Tzu: El mejor viajero es el que no sabe adónde va. Porque no se fija metas, ni teme los imprevistos, ni se siente intimidado por el fluir de los acontecimientos.
Se viaja para aprender y para aprehender. Para focalizar diferentes estilos de vida al nuestro. Para iniciarnos en la vida o para ir despidiéndonos de ella.
Hoy miércoles, 17 de abril, por la gracia de los Dioses del Olimpo, de Jesucristo y de Alá, emprendemos ruta hacia el Gran Sur. Serán doce días de viaje. Desde la puerta del IES  Oleana de Requena hasta... casi cuatro mil kilómetros en coche.
En la ruta, tres personas. Una muy joven, que empieza a descubrir la vida, la suya y las nuestras. Otra, con más de cuarenta años de viajes por el reino de Mohamed VI. En el centro yo, que solo estuve dos veces en Marrakech y dos en Essaouira. Nunca hemos convivido los tres tantos días, tantas horas, tantos kilómetros... La aventura apunta en muchas direcciones.
En una ocasión escribió Stevenson, que murió en las islas Samoa, en el Pacífico Sur, De mí sé decir que no viajo para ir a ninguna parte, sino para ir. Viajo por viajar. La cuestión es moverse.
Iniciamos la aventura esta tarde, si lo desean pueden acompañarnos a través de las crónicas de este blog, de este relato. Bienvenidos abordo y buen viaje.


   
                               



  

6 comentarios:

  1. Buen viaje y que la fuerza te acompañe. Vaya viaje...Ya nos cuentas😘

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  2. 4000 kms en furgoneta, cuantos días???

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  3. Pues si que da el restaurante para tanto viaje, sé de alguien que le están cortando la luz y el agua y no son lejanos a los de la Matandeta.Quanta exhibición!!!! Qué indecencia!!!!

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  4. Yo también hice esa aventura ese mismo año. Veo que hablas más de filosofía del camino que del viaje, me ha encantado.

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