sábado, 27 de abril de 2019

DE MARRAKECH A BOUMAINE LES DADES

Kenza se ha despedido de nosotros con otro opíparo desayuno. No se encuentra bien y se va a ir al dentista. Su padre nos propone la próxima vez ir a pasar un día a una granja que tiene fuera de la ciudad y preparar cous-cous. Todo se andará.
Cuando estamos buscando la salida hacia Uarzazate, me doy cuenta de que tengo dos perdidas de mi amiga. Me he dejado la bolsa de maquillaje y hay que volver.
Por fin enfilamos la salida de la ciudad. Vamos a atravesar la cordillera del Atlas. El paisaje cambiará por completo. Tenemos que alcanzar el Col de Tizi-N-Tichka, de 2670m, Las vistas son impresionantes. En frente de nosotros estará el pico del Toubkal cubierto de nieves. 


Atravesamos los pueblos berberes de Ait Ourir, de Ait Barka hasta llegar a Taddert. Después de comer en este lugar alcanzaremos el pico de Tizi-N-Tichka.


En Taddert, nos detenemos a contemplar las vistas y a comer. Son locales pequeños a ambos lados de la carretera, sin asfaltar. A la entrada, se encuentra la carnicería, con la carne colgada y que puedes elegir para que te preparen en las brasas que tienen instaladas al  lado, eso sí, después de haber negociado el precio del kilo de carne de cordero. De 150 dirhams que piden al principio, el precio queda por la mitad, el equivalente a siete euros y medio. Además comeremos tajine de vaca, tortilla bereber y tomates y chalotas a la brasa. Delicioso todo. La mejor comida del viaje. En el Atlas.









Seguimos ruta hacia Aguel Mouse, Agouim, Amerzgane, hasta llegar a Ait Ben Hadou, un pueblo bereber, que ha servido de escenario  para películas como Lawrence de Arabia, Gladiator, El hombre que pudo reinar, Sodoma y Gomorra, y muchas otras. Assim, un joven bereber de veintidos años, que habita en esta kashba junto con otras diez familias, nos acompaña. Se defiende perfectamente en español, francés, italiano, inglés y algo en japonés. Cuando le pregunto dónde ha aprendido tantas lenguas me responde que allí, con los turistas. Y nosotros calentándonos la cabeza con las nuevas metodologías de aprendizaje de lenguas extranjeras. Hace calor y hay muchos turistas. Hay que atravesar el oued para llegar hasta la kashba. Ait, significa familia. Y merece la pena el esfuerzo de subir porque el paisaje es un regalo que  nos ofrece la tarde.







Y después de muchos kilómetros y de atravesar el Hollywood marroquí con los estudios Atlas, llegaremos a Boumaine des Dades, donde nos hospedaremos en casa de una familia con tres niños pequeños. La madre, una hermosa chica bereber que no habla francés, solo su lengua materna. Pero esa historia la dejamos para mañana. Hoy estoy demasiado cansada. Salve y ustedes sigan bien.







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