sábado, 8 de marzo de 2014

LA (SON)RISA

Ángeles del Arco trabaja en la recepción de la piscina municipal de Sedaví. La conozco desde que abrieron la instalación.
Puede llover, hacer mal tiempo o lucir un sol de primavera, si entras en la piscina lo primero que vislumbras es la sonrisa de Ángeles. Puede que ella no se encuentre bien físicamente, o tal vez esté un poco desanimada, pero tú no lo percibirás, porque solo te tropezarás con su sonrisa.
La sonrisa de Ángeles no es solo eso, una expresión de su cara, un ejercicio de sus músculos, forma más bien parte de su uniforme de persona que trabaja cara al público. Algo tan sencillo y elemental que cada vez cuesta más contemplar.
Los españoles solemos decir que los franceses son unos hipócritas, que primero te piden perdón y después te pisan, pero les puedo asegurar, que durante el año que duró mi estancia francesa, fue muy difícil encontrar a alguien que trabajara cara al público y no te recibiera con una sonrisa, independientemente de su estado personal.
Con la situación que tenemos en nuestro país, me da la sensación de que eso tan elemental, como es sonreír al recibir a alguien en un establecimiento público, se ha convertido en una extrañeza  y no en algo cotidiano.
 
 
Quizás se nos esté olvidando que durante siglos la risa, la sonrisa fue un derecho que se alcanzó con sangre y fuego. La iglesia no aceptó nunca la risa y la condenó como pecado. El pretexto que, según los cuatro evangelistas oficiales, Cristo jamás rió.
Reír y sonreír no era privilegio de pobres. De eso nos habló también Umberto Eco en El nombre de la rosa. Un ejercicio intelectual de intriga en torno al segundo libro de la Poética dedicado a la comedia, a la risa.
Bueno, pues hoy ocho de marzo, día de la mujer trabajadora, rindamos un merecido homenaje a Ángeles del Arco y a todas las mujeres que como ella, son capaces de desempeñar su trabajo siempre con una sonrisa en los labios.
Felicidades, Ángeles. Gracias por tu (son)risa.

2 comentarios:

  1. Muchisimas gracias Mª Dolores, estoy emocionada de verdad, por que saber que alguien se siente bien cuando entra en la instalación me llena de alegría, por que eso es lo que quiero, que te sientas como en casa, por que sois lo único que hace que sigamos allí, sois el motor de la piscina y sobre todo me haceis muy feliz cuando volveis :) Un besito muyyyy grande y muchísimas gracias.

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  2. Me gustan dos cosas: Hacer reír y hacer pensar, así que si alguien me da el trabajo ya hecho, pues miel sobre hojuelas.
    Los franchutes, como todos, tienen cosas buenas y cosas malas. Albert Camus, Victor Hugo, Édith Piaf, nos ahorcaron a José Romeu, nos mandaron a los cien mil hijos de...

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