sábado, 27 de noviembre de 2021

EL LLUENT

 


La semana fue borrascosa, pero el viernes amaneció como delantal de  carnicero. Después de las clases, se invirtieron los papeles y los profes del IES EL SALER nos  subimos  en dos autobuses tal si fuéramos  estudiantes del centro y nos fuimos de excursión hasta la Albufera. O El lluent, así lo llaman los pescadores. 


Allí nos  espera un técnico de la Fundació Assut. A través de su programa CERCA nos acerca a la vida, el paisaje y la cultura de la Albufera. El profesor de  la Universitat  de València Carles Sanchis nos dará las primeras  referencias sobre el origen de este singular lago. 


L'Albufera , del árabe al-buhajra que significa lago, estanque, laguna, se sitúa a unos 15 km. al sur de la ciudad  de Valencia. Aunque es la más famosa, no es la única con este nombre. Encontramos también albuferas en Elche, Almería, Alcúdia (Mallorca) y Menorca. La nuestra está separada del mar por una franja de tierra que llega a 1.000 metros de anchura. Con dos brazos de salida al mar por El Perelló y El Perellonet. Esta lengua de tierra se llama Devesa.
El día es espléndido. Invita al relax y al disfrute de este viaje en barca. Dejaremos a la izquierda  La Mata del Fang, una de las pequeñas islas  construidas por las cañas donde se  refugia y anida la fauna del lago.


Llegamos  al Tancat de Baldoví , una finca arrocera de unas cien hectáreas de extensión. Se trata de una propiedad agrícola que  incluye uno de los  conjuntos arquitectónicos más interesantes del parque  natural. Está integrado por una casa principal conocida como La Baldovina o La Casota desde su construcción a finales del siglo XIX. Los edificios anexos están destinados a la actividad arrocera.
Juan Baldoví pertenece a la quinta o sexta generación de  arroceros. Es gerente  de la empresa Tartana, que, además de comercializar el arroz, ha sacado al mercado la cerveza y el licor obtenidos a partir de  este cereal.



Juan, muy didáctico, nos habla del cultivo del  arroz.  Lo introdujeron los árabes que lo importaron de la península de l'Indostán. Cuenta Enric Beltrán en su libro L'arròs que en la India se llama ridh, palabra que viene del sánscrito, de la cual se derivan las voces de la mayor parte de los idiomas europeos y de donde la toman tanto para hablar del grano como de la planta, las  siguientes palabras: ris en provenzal, riso en italiano, riz en francés, rice en inglés, reis  en  alemán y oryza en griego. Para los habitantes de  la India, el arroz tiene una procedencia casi divina y la palabra arroz significa sustentador de la raza humana.


Ahora nos encontramos en la época  del año en que más me gusta la Marjal, en  la perellonà, cuando los campos están inundados y se dejan en barbecho, desapareciendo fitas y motas. Todo es una laguna y la Albufera recupera sus escrituras. Cuando llegamos a vivir en La Matandeta, mi hija tenía siete años y en  estos  meses del año siempre preguntaba lo mismo ¿Cómo saben ahora los agricultores cuál es su campo?


Pero  este idílico lugar no siempre lo fue así. Explica Max Thede en su libro L'Albufera de València. Una descripció etnogràfica, que  el  primer  centro  de cultivo  del arroz en  España fue la Baja Andalucía. En el siglo  XII ya  se producía arroz en Sevilla. Cuando Valencia quedó bajo la dominación musulmana  en el siglo XI se introduce el cultivo del arroz. Después de  la  Reconquista, el cultivo del arroz continúa en Valencia con más o menos intensidad. Por el grave deterioro  de la salud que  sufría  la  población a causa de las fiebres que se producían en las plantaciones palustres, el llamado paludismo, el gobierno valenciano se vio forzado ya durante  la  Edad Media a prohibir el cultivo del arroz en 

repetidas ocasiones, El rey Pere el Ceremoniòs sanciona, por primera vez, las restricciones dictadas 
 hasta entonces y, finalmente, el rey Martí l'Humà prohibe el cultivo del arroz en todo  el reino.
Pero son más de las  tres y el aire libre y las explicaciones de Juan nos han abierto el apetito. Nos  dirigimos en  el autobús  a la casa  familiar, de  estilo  modernista, construida  en el  siglo XIX. 
A las paellas  les  falta un poco, pero  la espera se  soporta alegremente con cervezas de  arroz Tartana, papas, almendras y aceitunas.



Después de la comida en la finca  dels  Gorets, en el tancat de  l'Estell, veremos el granero de  los Baldoví. Ante una montaña de arroz bomba, Juan nos introducirá en las distintas variedades de arroz que son cultivadas en el Parque Natural de la Albufera. A lo lejos, el pueblo de El Palmar ha encendido las  luces. El relente es frío. Se acaba la tarde. Hemos tenido la  suerte de  cruzarnos, durante el paseo en barca  con garzas, garcetas, collverts. Nos han faltado los flamencos que han vuelto a la zona. Los flamencos adoran las aguas salinas. Han regresado a sus orígenes, El Saler, El Saladar de Silla. Como dice mi amigo Paco Baixauli, abogado, pescador, escritor y sobre todo, erudito de la Albufera, los flamencos saben  filología. Pero esa es otra historia.
Salve y ustedes lo pasen bien.






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