domingo, 5 de enero de 2020

LA VIDA QUE TE ESPERA





                                                                     A  Pilar Bornay



Constantemente, la gente me regala historias. Yo no me las invento. Me limito a transcribirlas.
Hace aproximadamente un mes, antes de  comenzar la Navidad, coincidí en el tren del domingo, a las seis y media  de la  tarde, camino de Vinaròs, con una chica  que  tenía  que bajarse en Benicarló. El vagón estaba vacío. Y nos acercamos la una a la otra, con  esa intimidad que saben compartir las mujeres, incluso con las desconocidas
Sarabel empezó a relatarme que nació en  el pueblo del alcalde, Zalamea de la Serena, en Extremadura .Allí vivió, la mayor de cinco hermanos, hasta los dieciocho, edad  con la que se  fue a Madrid.
Entró  a trabajar  en  una  cadena hotelera y  conoció al que, cuatro  años después, sería su  marido y padre de  su hija.
Sarabel  no le pedía mucho a la vida. Un piso, una niña de cinco años, un  marido  guapo  y trabajador. Pero un día, y sin venir a cuento para ella, la vida se desmoronó. Pedro había decidido  dejar  de llevar una doble vida. En un mes estaban divorciados. Sarabel se quedó con su hija, una hipoteca y viviendo en Madrid. Me cuenta que le salieron llagas  en los ojos de tanto llorar. Su madre quería que volviera  a Extramadura, pero ella ya  no se veía allí.
Una buena mañana se planteó en qué parte del mundo le gustaría  morar. Junto al mar. De pequeña, Sarabel había pasado  unas vacaciones en Peníscola y se dijo que por aquella zona. Vendió el piso, saldó la hipoteca y pidió el finiquito en la cadena hotelera. Sabía que, en caso de no encontrar  trabajo en la costa mediterránea, tenía suficiente dinero para resistir un año entero, con su hija y sin conocer a nadie.
Se alquiló un piso en Benicarló y al mes ya  estaba  trabajando. Empezó  a salir con otros hombres, pero tenía muy claro  que quien aceptara una relación con ella, también debía aceptar a su hija.
A los seis meses conoció a Ximo, se entendieron enseguida. Ximo es su segundo marido y padre de su segunda hija. Tienen un negocio  de herboristería  en Benicarló. Sarabel ha terminado el grado de  Nutrición y Tecnología de los  Alimentos en la  Universidad.
Se despide de mí con un abrazo y diciéndome que si llega a saber la vida que le esperaba  en Benicarló, no hubiera derramado ni una sola lágrima por lo que perdió  una vez en Madrid.
A ver si nos aplicamos la reflexión.
No llores más. Aún no sabes  la vida  que te espera.
Salve y ustedes lo pasen bien, mientras pasa el Gloria que en Vinaròs, como en muchos otros lugares de la costa, está dejando un paisaje triste, gris  y desolador.




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