miércoles, 4 de diciembre de 2019

LA SANTA CATALINA EN VINARÒS



El último lunes de noviembre amaneció el Leo lleno de papallones, se celebraba el día Contra la Violencia de Género.  Hubo representaciones teatrales de  micromachismos. Yo les hablé  a mis alumnos, a partir de cuarto de la ESO, de la historia  de la cantante Bárbara y de su canción L'aigle  noir, que en España conocimos en la versión mallorquina de María del Mar Bonet. 
L'aigle noir es una bella metáfora de la violencia que sufrió la cantautora francesa a manos de su padre.
Mientras tanto, las pastelerías de Vinaròs se habían llenado de  merengues con frutas escarchadas, que es el dulce con el que celebran Santa Catalina, patrona de las niñas estudiantes y San Nicolás, patrón de los niños. En los colegios de  primaria de  la localidad, hay fiesta, regalos y tómbola para el  fin de curso.



El  viernes se inició con una triste  noticia. El único hermano de mi compañera y jefa de departamento, moría súbitamente cuando se disponía a entrar en clase en el IES Ifach de Calpe. Hay muertes, que  aunque  te parezcan extrañas a  tí, no dejan de sorprenderte. Sobre todo  porque compartes el dolor  de tus próximos. María Teresa  está  deshecha. Muy unida a su hermano, solo los separaban tres  años de diferencia. Te quedas sin palabras, o tienes  tantas que  no sabes qué decir.



Hay tan poca distancia entre la vida  y la muerte, solo una línea, un segundo de  tiempo y ya no estamos  aquí. Esa es la  única certeza que tiene la condición humana.
Esta semana fue toda de  evaluaciones y hoy de bursitis, una bursitis  crónica de cadera que me deja hecha polvo. Pero sigo  viva.
Salve y feliz puente de la Purísima.

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