domingo, 4 de mayo de 2014

ALBUFERA

Es difícil encontrar en cualquier parte del mundo, un Parque Natural tan pegado a un núcleo urbano. Y sin embargo, nosotros, los valencianos lo tenemos.
Para ir a conocer Doñana hay que separarse al menos sesenta kilómetros de Sevilla. Lo nuestro es mucho más fácil y a la vez más complicado, porque teniendo tan cerca La Albufera no sabemos qué existe en ella. Un lago, con un mirador y unas barcas para dar un paseo. Unas fotos que tomar al atardecer, unos patos que se cruzan en el aïguamoll. ¿Eso es todo? Unas postales. Pero las postales también se pueden observar desde el filo y entonces cambia totalmente la perspectiva.
Vicente Blasco Ibáñez nos habló de aquella comunidad endémica, la gente del Palmar y su mísera forma de sostener la vida.Cañas y Barro, una isla tan pequeña, que no cabe en una novela. Que no se sostiene sin la tragedia.
Paco Baixauli Mena es, ha sido muchas cosas, pero sobre todo, estoy segura que se siente miembro de una estirpe que termina con él. La de los hombres que aman y creen en la Albufera. El lago con nombre de lago.
Paco Baixauli Mena ha escrito un libro titulado El llibre del tarquim. No es una novela sobre la Albufera, es LA novela sobre la Albufera. Blasco Ibáñez, con su localismo imitando a Zola, nos habló de esos hombres del fango. Pero Paco nos ha regalado su radiografía. Una novela bien escrita y bien resuelta, en la que está todo. La historia de un niño viejo enamorado del lago que aprende de un maestro represaliado. La historia de un hombre maduro pero demasiado viejo que vuelve al lago porque sabe que después de recorrer el mundo, ese es el único lugar que siente como su casa. Las historias de la Albufera, las leyendas de Blasco Ibáñez revisionadas, la magia mora de Washington Irving, con toques valencianos y de ullals. Y por qué no, el realismo mágico de García Márquez adelantándose el autor a un homenaje para el  Nobel.


 
 Paco Baixauli Mena es un raro especímen de los que da la Albufera. Erudito, serio, viajero, enamorado de la vida y de la herejía de los cátaros, a los que ha dedicado varios libros.
Para hablar de su última novela, y de los hombres y paisaje de la Albufera estará con nosotros, en La Matandeta, el próximo viernes 9 de mayo a las 8'30.
Como el personaje se lo merece, la bodega va en consonancia, de la zona de Sant Mateu, Besalduch y Valls. El nombre de los vinos misteriosos, enigmáticos. Otra historia. Para descifrarlo todo, nos vemos el viernes alrededor de la cena que preparará Rubén Ruiz. No se pierdan el convivium. Les esperamos.


 
 

2 comentarios:

  1. Que tendrá la Albufera que cada vez que la contemplo me enamora más y más... Es una fuente de inmaterial riqueza, para quien la sepa valorar. Los romanos la llamaban "Nacarum Stagnum" y en algunos poemas árabes se la denomina "Espejo del Sol". Azorin, Gil Albert... también escribieron sobre Ella.
    Si alguna vez me perdiera... buscarme en La Albufera de Valencia.

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    1. Nieves, si alguna vez te pierdes, avisaremos a tus hijas de que te hemos encontrado en la terraza mirando a la marjal y hablando con las aves, contándoles qué grande es tu sensibilidad y tus ganas de abrazar y amar. No estás sola, amiga. Te seguimos la sombra, te pisamos las huellas.

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