jueves, 19 de enero de 2017

DÍAS DE NIEVE Y LIBROS

Me he despertado a las ocho y veinte y he pensado, diez minutos más y arriba. Tenía rehabilitación a las diez menos cuarto en el Hospital de Ontinyent. Pero a las ocho y media he mirado por la ventana y... ¡Madre mía! Estaba todo nevado. No era un sueño, no. Si hoy es jueves, estamos en Fontanars. Desde finales de septiembre, hay mañanas en las que me despierto y hasta que no soy consciente del espacio, no sé si estoy en La Matandeta o en Fontanars. Aquí, gracias a la generosidad de Dani Belda, Rafa Gálvez mejora su salud, mientras aprende a elaborar vino. Y yo intento seriamente escribir un libro. 
Al poco de llegar, le pregunté a la gente ¿aquí nieva? Nevaba hace muchos años y muy fuerte. Pero eso se acabó. Y mira por dónde, llegamos nosotros y llega la nieve. Yo creo en la señales. Año de nieves, año de bienes. Nos hemos atrevido llegar hasta la farmacia de Ana Belda, que ayer nos dió sus esquís para que se los acercáramos a afilar a Ontinyent, pero claro, ha  sido imposible. Las carreteras están cortadas. Ni siquiera se ha abierto el colegio. El médico no ha venido.
He estado pensando en tí, me ha dicho. Claro, ayer les conté que cuando íbamos al Colegio Sedaví nos llevaban a ver la nieve. No a practicar deportes de invierno a la Virgen de la Vega. Ir a ver la nieve era un espectáculo en sí. Otro regalo que me hizo la vida. Despertarme en casa y ver todo el paisaje nevado. No dejaré nunca de sorprenderme, Además la lluvia es glotona, ruidosa, monta escándalo. La nieve es un regalo silencioso que se presenta de repente.


Así, que aparte de decirle a la familia que estamos bien,  y que Ana y Roger nos cuenten que nunca habían visto una máquina quitanieves por la calle Mayor de Fontanars, no queda mucho más que hacer. Refugiarse en casa con los libros. Y de pronto me ha llegado un sentimiento de culpabilidad que no me quito de encima desde hace años.
Los libros. Mis libros. Reformamos nuestra casa y los metimos dentro de cajas que llevamos a uno de esos grandes almacenes donde la gente guarda sus cosas cuando lo necesita. Pensábamos que si había una gota fría, en La Matandeta se nos mojarían. Y como la vida está llena de paradojas, lo que se inundó fue el almacén donde los teníamos guardados. Así y todo, rescatamos unos dos mil. Que ha día de hoy, todavía siguen guardados en las cajas.

Hay noches en las que no puedo dormir y los oigo gemir. Allí metidos en sus celdas, esperando el indulto o la ejecución. Porque tengo que decidir quiénes se quedan conmigo y quiénes se van a un Buida la cambra, a una biblioteca pública o sencillamente los abandono al lado del contenedor, a la espera de que pase algún chamarilero y se los lleve.
Y eso me obsesiona y lo voy retrasando durante meses, no. Años y años.
¿Cuál tiene que ser mi criterio de selección? Con algunos lo tengo muy fácil. Los leí, no dejaron el menor poso en mí y se acabó. Y los lanzo feliz al viento, nunca a la hoguera. No hay ningún libro, por mal escrito que esté, que se merezca ser lanzado a la hoguera. Recuerden Farenheit 451.
Hay libros que fueron escritos con una clara intención de ganar dinero. Pero, ¿Qué culpa tienen ellos? Ya hicieron bastante por sus dueños, que no sus escritores.



Y vamos a ver... ¿Qué hago con Crimen y castigo, Los hermanos Karamazov, Anna Karenina? Si me los regaló mi padre antes de cumplir los doce años porque le cobraba los recibos de los pisos que vendía. ¿Qué hago con la biografía de Isadora Duncan, si aquel amor que no fue posible me dejó escrita la siguiente dedicatoria Y al final de la resaca, apareciste tú.  ¿Por qué desprenderme del Siddharta de Hermann Hesse, del profesor que quería  enseñarme algo más que literatura?
Hay una cosa que los psicólogos llaman memoria episódica. En realidad a la psicología le empieza a interesar la memoria cuando aparecen los ordenadores. No es la psicología la que crea los ordenadores, sino al contrario. La memoria les interesa a partir de analizarlos. Por eso sabemos que existen difentes tipos de memoria. La memoria a corto plazo, a largo plazo. La memoria semántica. La memoria episódica.
¿Saben ustedes qué  estaban haciendo el día que murió Franco, el 23 F, el día del atentado a las Torres Gemelas, el día que Donald Trump ganó la elecciones? ¿A qué sí? Eso es la memoria episódica.



Bueno, pues los libros que he leído tienen que ver mucho con mi memoria episódica. Aunque no recuerde su contenido, sé perfectamente que libro andaba entre mis manos en aquellas ocasión...
Mientras esperábamos el avión, de regreso de nuestro viaje de novios, yo leía en el aeropuerto de Mallorca La casa de los espiritus, de Isabel Allende, justo el capítulo del entierro del poeta y lo hacía mientras me caían unos tremendos lagrimones, para sorpresa de mi recién estrenado marido.
Durante aquellas tardes que duró la lenta agonía de mi madre El escarabajo, de Manuel Mújica Laínez, consiguió que me evadiera de aquella situación. La noche que pasé en el hospital, a la espera de que naciera mi hija, Octubre, octubre, de José Luis Sampedro me acompañó en la dulce espera, porque a Rafa Gálvez no lo dejaron quedarse.
Y en aquel viaje por las islas Baleares, en el que buceé por primera vez de la mano de un intrépido caballero, Notas sobre Paris, de Josep Plà, formó parte de la tripulación. 
Siempre me he negado al e-book, aunque cuando me lo han preguntado, no he sabido por qué. Yo prefiero subrayar, releer, poner mi nombre en la primera página y la fecha en que comencé la aventura de leerlo.
Pero el psicólogo Miguel García, además me dió una poderosa razón: Con el e-book, no se produce la memoria episódica. Esas generaciones de escolares a las que los maestros se empeñan en introducirles las lectura electrónica no conseguirán recordar en qué momento de sus vidas conocieron "Platero y yo", o tantos otros tesoros literarios. No existirán para ellos referentes temporales de  la lectura, porque no se producen con el e-book, que no deja de ser más que una pantalla electrónica.




El nombre castellano libro viene del latín liber, que significa originariamente parte interior de la corteza de los árboles. Y ahí tenemos un recuerdo de la historia de la escritura. Porque antes de que se conociera el papiro se utilizaron cortezas de árboles para  escribir. Y seguimos conservando el recuerdo en la palabra  que utilizamos cada vez que iniciamos una  nueva lectura.
Bueno con todos mis respetos para los entusiastas  del e-book, seguiré leyendo en libros.
Así recordaré dentro de unos años que cuando nos sorprendió aquella gran nevada que nos dejó aislados un par de  días en Fontanars, yo releía a Juan Rulfo, releía Un viñedo en la Toscana, leía Dublinesca de Vila-Matas, y  terminaba La promesse de  l'aube, de Roman Gary.
Feliz fin de semana.



12 comentarios:

  1. Svetlana también pensaba que no era lo mismo al principio, ahora la mayoría que lee lo hace en e-book, poder leer de noche sin gafas y sin luz, poder leer en la playa sin gafas de sol, poder subrayar, resaltar, buscar palabras en el diccionario directamente. También tienen cosas buenas por las que valdría la pena probar y no he comentado que los libros que tienes en el trastero caben en el e-book, las suscripciones de e-books ilimitados,... :-)

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  2. Si, Julián. Pero el recuerdo que dejan en nosotros no es el mismo. Y a eso es a lo que me refiero. Gracias por escribirme. Un saludo.

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  3. Sí, claro, es imposible, solo por las peripecias que hay que hacer para viajar con tres o cuatro libros ya dejará huella ;-)

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  4. Y el olor maravilloso de un libro nuevo... O incluso el añejo de un libro prestado, heredado...
    Espero que encuentres una solución para esos gemidos de unos libros que quizás tu descendencia pueda disfrutar algún día. A mí me habría encantado heredar libros, pero en mi casa nunca nadie tuvo la suerte de leer.
    Que la nieve os sea propicia. Y una pronta recuperación para Rafa.

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  5. Gracias, Silverchera. En mi casa tampoco había libros y cuando aprendí a leer y escribir me parecieron tesoros que había que ganarse. Recuerdo que solo teníamos "Las mil mejores poesías de la lengua castellana" y pasé muchas horas leyendo aquel libro, único que dejó mi abuelo Paco. Todavía lo conservo.

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    1. Gracias a ti, María Dolores, por compartir de esta forma tus vivencias. Suerte tuviste de recibir aquella herencia. Quizás el hecho de no tener nos ha hecho amarlos más.
      Eva

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  6. Yo sigo prefiriendo el papel aunque reconozco que a nivel práctico el libro electrónico es cómodo y funcional así que tengo claro que poco a poco lo iré cambiando aunque nunca apartaré mis libros de siempre de mi lado. (Recuerdo todo lo que hice en las fechas que dices menos lo de Trump, me importa tan poco que ni siquiera soy consciente de cuándo lo eligieron y sé cuando juró porque fue ayer y veníamos en el coche oyendo las noticias pero seguro que en unos dias se me olvida, lo considero tan poco importante... )

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  7. Yo recuerdo aquella gota fría en la q se estropearon algunos libros de Rafa y estubimos en la matandeta ayudando a rescatarlos de la temida destrucción.
    Yo también soy de las q todavía compra libros y ya no se donde meterlos...aunque ahora he empezado a llevarmelos a León.
    No se deshacerme de ellos tengo algunos en sus jaulas en el chalet de mis padres en mi casa en un trastero...
    Mi hermana que tiene menos apego a las cosas a puesto un punto de lectura e intercambio de libros en su lavandería y he sido capaz de llevar alguno.

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  8. Yo soy una antigua redomada. También me niego al e-book. La gente me dice de todo, pero es que lo mío va más allá del entendimiento: desde hace años, cuando me compro un libro, no solo le pongo el nombre, es qué me lo dedico!!!! Toma chula!! Y tienes razón, yo me acuerdo de cuando leí cada libro que para mí fue importante, las veces que he releído los que más me han impresionado, la búsqueda sin cesar durante años de uno de Papini hasta dar con él ( de una colección de segunda mano) . Ayy, María Dolorores, en el fondo somos unas románticas tocando la nieve de la Virgen de la Vega hace muchos años...

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  9. Tocando la nieve de la Virgen de la Vega hace muchos años... Me dejas intrigada, Bego. Dame más pistas. Me hago mayor y mira que he tenido memoria de elefante, pero la voy perdiendo. Dáme más pistas, por favor.

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  10. A que se debe este "revisionado" De antiguas publicaciones????
    Tan malo es el presente que ni se comenta?

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