Los ritos son necesarios
El Principito Antoine de Saint-Exupéry
Siempre acabamos por llegar al lugar donde nos están esperando El viaje del elefante José Saramago
Dice mi amigo Xavier Marí que, además de dar clases, me dedico a abrir rutas comerciales por los institutos. Razón no le falta. Se juntaron para celebrar el fin de curso, el profesorado del primer instituto en el que trabajé, el Rodrigo Botet de Manises, y el del último, el IES d'Albal.
Nunca se me pasó por la cabeza convertirme en profesora. A los quince años, mi amiga del alma y yo empezamos a dar clases particulares, ella en su casa y yo en la mía. Carmen descubrió su vocación y yo me dí cuenta de que no era la mía.
A veces, tengo la sensación de que hay algo que mueve los hilos de tu vida. Que las personas o los lugares que te vas encontrando forman parte de un plan determinado que alguien dirige.
Volví a la Universidad a los cincuenta años porque me sentía vacía y una de las cosas que mejor sé hacer es estudiar. Yo iba dando pasos, sin saber qué, ni quién, ni dónde me estaba esperando.
Los niños te quieren, te siguen. A los adolescentes te los tienes que ganar.
Todavía recuerdo mi primera clase en el Rodrigo Botet, un veinticinco de octubre. Como no sabía qué decirles a los de Primero de Bachiller, les conté mi vida. Y por supuesto, que era la primera clase que daba.
Cuando llegué al IES Pere d'Esplugues de la Pobla Llarga le conté a mi compañera, Alicia Sabater que allí donde me veía, traía muy poca experiencia como docente y ella me contestó Y la experiencia vital que traes, qué.
Esa ha sido mi mayor baza. La experiencia de todo lo vivido para hacerme con ellos. Y paciencia, mucha paciencia que antes no tenía.
El curso pasado, Manuel se matriculó en el IES El Saler, en el que yo había trabajado, y un día, hablando con uno de sus nuevos compañeros, este le soltó: No me digas que eres el nieto de María Dolores? Tu abuela es la p... ama! Para él, yo solo soy su abuela.
Este día que ven en las fotos, celebrábamos el final del curso. Pero yo llevaba dentro otra celebración. Era el sexto aniversario del día que firmé el cierre de una puerta de mi vida que había durado abierta treinta y siete años. Pero del portazo, se abrió otra por la que entraron los chavales con su luz, su alegría, sus risas y sus ilusiones. Y que han llenado tanto mi vida.
El mejor regalo que he recibido, en lo que va de año, me lo ha enviado Jaume Martí, un alumno de 1º de Bachiller. Y dice así:Bon día, María Dolors. T'escric per a donar-te les gràcies per tot. Molt bona professora i has fet que aprendre Francés siga divertit i dinàmic. He gaudit molt de la asignatura amb tú i a més de bona profe em pareixes una persona meravellosa i amb molta cultura. De veritat que moltes gràcies. En la Selva Negra, se me saltaron las lágrimas.
Carmen, mi compañera de Tecnología, se ha aficionado al blog y el último día se me acercó para decirme que, cuando le da un bajón, se pone a leerlo y se le pasa.
Yo también tengo mis días. Días de sabor agridulce. Días en los que me gustaría desaparecer porque todos mis monstruos han salido a pasear. Días en los que veo amanecer y pienso que todavía me quedan tantas cosas por hacer... Son los días en los que se dar mi mejor versión.
En fin, que ya hemos inaugurado la temporada de Verano y me voy a dedicar a otra de mis grandes aficiones. Estos dos meses trabajo de jardinera en La Matandeta.
Pero en septiembre, si los Dioses lo consienten, Mary Poppins reemprenderá el vuelo.
Salve y feliz verano.