Nos habían advertido que no nos acercáramos por la zona. Hacía siete años que el Boca Juniors no ganaba al River Plate y la zona estaba tomada por la alegría y el entusiasmo de los xeneizes, que es así como se llama a los genoveses en su dialecto. Genoveses que llegaron en el siglo XIX para trabajar en el puerto de la desembocadura o boca del Río de la Plata, de ahí el nombre del barrio. Fueron ellos quienes le dieron su fisionomía actual. Pintaron los conventillos que compartían con los restos de pintura que utilizaban para pintar los barcos.
Hemos comido en casa de Lorena: Pollo al horno y tortilla de patatas. Muy bueno todo. Y por la tarde nos dirigimos a La Boca, donde la resaca futbolera todavía se nota. Es una tarde primaveral en la que los turistas visitamos La Bombonera, el estadio del Boca Juniors. Más que un barrio, parece un pueblo, la República Independiente de La Boca. Merece la pena el paseo.
Eso sí, te recomiendan que lo hagas por la mañana. Por la noche este barrio, colorista y pinturero, lleno de tanguistas y de terrazas, se convierte en un lugar inseguro.
Nosotros lo hicimos por la tarde y Lorena se dio cuenta de que había un hombre que nos seguía a todas partes. Al final, la policía se puso por medio y el susodicho desapareció. Lástima que la inseguridad sea otra de las características de algunos barrios de esta hermosa ciudad.
Es hermosa la historia y el origen de este barrio, junto al Riachuelo, que desemboca en el Río de La Plata y voy a narrarles un poco de ella a continuación:
A partir del siglo XVI, una serie de incursiones portuguesas en el Río de La Plata alertaron a la Corona española sobre la necesidad de defender la zona. Los portugueses, al igual que los españoles, codiciaban las riquezas del Nuevo Mundo y suponían que el inexplorado Río de la Plata podría ser un acceso directo hacia el Océano Pacífico o hacia el Perú, cuya riqueza deslumbraba a todos los europeos. La Corona española estimó que un puerto en el Río de la Plata sería el punto de partida para la conquista de nuevos tesoros y además evitaría la intromisión portuguesa.
Así, en 1536, una gran expedición encabezada por Pedro de Mendoza ingresó en el Río de la Plata y levantó un fuerte hecho con la madera del casco de uno de los navíos. El nuevo asentamiento se llamó Fuerte de Santa María del Buen Ayre: la primera Buenos Aires. Según la versión histórica oficial este fuerte se levantó en el actual Parque Lezama, o sea en el barrio de la Boca, aunque no hay un registro exacto que lo confirme y algunos autores sostienen que el verdadero sitio de fundación podría haber sido un poco más al norte.
Sin embargo, parte de la expedición continuó remontando el Paraná, mientras que el Fuerte del Buen Ayre sufría hambrunas y ataques, tanto de los animales nativos como de los aborígenes: el Río Matanza, Río Riachuelo desde el Puente de la Noria hasta el Río de la Plata, debe su nombre a la feroz lucha que protagonizaron los europeos y los indios querandíes en 1536, en las márgenes de dicho río. El enfrentamiento culminó con la muerte de alrededor de mil aborígenes, contra veintisiete bajas españolas, incluyendo al capitán Diego de Mendoza.
Los españoles que continuaron remontando el Paraná fundaron el pueblo de Asunción en 1537 y su Teniente de Gobernador Domingo Martínez de Arala decidió convertirla en una plaza fuerte desde donde partirían las expediciones a la mítica Sierra de la Plata, es decir, Bolivia.. En el marco de este plan, Irala decidió que lo ideal sería destruir Buenos Aires y trasladar a los colonos a Asunción, donde el clima era más cálido y los aborígenes más amistosos. Sin embargo, los porteños y su Teniente de Gobernador, Francisco Ruiz Galán, se opusieron a la evacuación ya que las cosechas de maíz habían dado un alto rinde y los aborígenes no habían vuelto a atacarlos. Ante el desacato, Irala se trasladó personalmente al Río de la Plata para resolver el conflicto y así, la primera Buenos Aires, fue desmantelada en 1541.
Consolidada Asunción, partieron desde allí varias expediciones frustradas a la Sierra de la Plata, hasta que, finalmente, los españoles provenientes del Perú llegaron primero. El emplazamiento paraguayo perdió su razón de ser y la región fue desestimada por la Corona. Tras la muerte de Irala, Asunción buscó romper su aislamiento comercial, fundando nuevos pueblos hacia la costa atlántica que le permitieran comerciar con España. Así es que Juan de Garay funda los pueblos de Santa Fe (1573) y Buenos Aires (1580).
Al ser la zona de mayor entrada de barcos, a finales del siglo XIX se asentaron allí muchos inmigrantes italianos principalmente genoveses, que le dieron al barrio su fisonomía actual. De allí fue que a los residentes de La Boca se los conocía como Xeneizes (deformación de «zeneizi», es decir, genoveses , en su propio dialecto) y, años después, por extensión, los hinchas del club Boca Juniors se identificaron de la misma manera.
Por hoy, ya está bien de explicaciones. Nos encontramos en otro barrio porteño. Sigan bien, que nosotros así lo estamos. Y déjense de tanto cuídate, que al fin y al cabo es una mala traducción del inglés. Mejor digan disfruta, que resulta mucho más mediterráneo. Hasta pronto, un beso.
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