Cuando llegue la luna llena iré a Santiago de Cuba, iré a Santiago en un coche de agua negra, Son de negros en Cuba Federico García Lorca Hoy es dieciocho de agosto. Qué mejor fecha para rendir homenaje al gran poeta granadino, asesinado por ser rojo y maricón, por la hordas bárbaras de la sinrazón. Olvidado en una fosa común, en plena madurez de su poesía. Arrancado a la vida y a su magnífica obra. Rindámosle pues nuestro pequeño homenaje.
García Lorca, en plena crisis existencial, viaja a EE.UU. acompañando a Fernando de los Ríos. La estancia en Nueva York, símbolo de la modernidad, deslumbrará al poeta. De allí brota su gran obra Poeta en Nueva York. Aquí conoce a Fernando Ortíz, jurista y antropólogo cubano, promotor y director de la Institución Hispanocubana de Cultura, que invitará al poeta para que de una serie de conferencias en Cuba.
El 7 de marzo de 1930, procedente de EE.UU, es recibido en el puerto por representantes del mundo de la cultura habanera. Se cuenta que el poeta se emocionó al ver el Castillo del Morro y exclamó: Pero, ¿qué es esto?¿Otra vez España?¿Otra vez la Andalucía mundial? Es el amarillo de Cádiz, con un grado más, el rosa de Sevilla tirando a carmín y el verde de Granada con una leve fosforescencia de pez. La llegada de Federico a la capital cubana supondrá un reencuentro con la luz, con la alegría de Andalucía, pero también el descubrimiento de una cultura "mulata", mezcla de la española y la africana. Lorca descubrirá la negritud que en ese momento está siendo puesta en boga por escritores y artistas.
Se hospeda durante tres meses en el Hotel La Unión, que ustedes tienen en esta fotografía, entre las calles Amargura y Cuba. Durante la revolución cubana, el edificio pasó a ser de apartamentos y actualmente alberga a muchas familias. También en el Hotel Detroit en la calle Águila, frente a la playa del vapor, entre Reina y Dragones.
Muchos días comió en el Hotel de Inglaterra, que ven ustedes al fondo de esta foto y al lado el centro Asturiano,
convertido en la actualidad en Teatro Nacional de Cuba Alicia Alonso. Una de sus salas, desde 1962 se llama García Lorca. No hemos podido visitar el Teatro Principal de la Comedia donde dio sus conferencias porque ya no existe.
La relación con Cuba fue intensa. Se codeó con todas las clases y razas. En una de las primeras cartas que escribe a sus padres dice: Esta isla es un paraíso, Cuba. Si yo me pierdo, que me busquen en Andalucía o en Cuba. La razón del viaje de Lorca a Amércia se sostenía en la necesidad de airear su espíritu. Huía de diversas heridas afectivas como la ruptura con su amante, el escultor Emilio Andreu. En Cuba, a nadie le importa su condición sexual. Así lo relata Urbano Martínez Carmenate, en su libro García Lorca y Cuba: todas las aguas.
En la casa de los hermanos Loinaz, cuya fotografía tienen aquí encima y de la que ya les hablé en otra entrada, pasa muchas tardes, La casa encantada, la llama Lorca y en ella escribe su obra El público.
Las afueras de La Habana -Guanabacoa, Regla, Guanajay o Santa María del Rosario, también fueron visitadas por el poeta, pero su lugar preferido eran las playas de Marianao. Allí descubre el son cubano.
La fascinación de Lorca por Cuba fue compartida por otros grandes poetas de la Generación del 27. En la isla estuvieron también Cernuda, Alberti, Altolaguirre. Este último se exilió allí al término de la Guerra Civil española y vivió cuatro años en La Habana. Alberti había pasado por la capital cubana con su esposa, María Teresa León, cuatro años antes, dedicándole estos versos a la ciudad: En La Habana las sombras/de las palmeras/me abrieron abanicos/y revoleras. Durante su estancia en La Habana, Altolaguirre retomó su oficio de poeta-impresor sacando a la luz la revista Nuestra España, que financiaba el Gobierno republicano en el exilio. Desde octubre de 1939 a noviembre de 1941 por la pequeña imprenta La Verónica pasan las firmas de María Zambrano, José Ferrater Mora y Juan Gil Albert.
La influencia de Lorca en los poetas cubanos fue notable, sobre todo en Nicolás Guillén. Hoy dieciocho de agosto, rindamos desde aquí, La Habana, la ciudad que lo albergó durante tres mes, nuestro pequeño homenaje al poeta al que arrebataron la vida, un día como hoy.
Xicotet homenatge a Lorca
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