El yo es un movimiento entre el gentío Henry Michaux
La semana pasada les hablaba del miedo visceral que sentí durante muchos años. Era algo irracional que repetidas veces me despertaba de madrugada. Se me clavaba en el estómago y recorría todo mi aparato digestivo, por no hablar del emocional. No tenía nada que ver, afortunadamente con un ataque de pánico, tal como lo describe Rosa Montero en El peligro de estar cuerda. La autora los sufrió entre los veintiún y los veintinueve años. Cuando publicó su primera novela, los ataques desaparecieron.
Lo mío no llegó nunca a ese punto. Lo asocio a mis emociones de aquellos años. Ese miedo irracional desapareció cuando me separé y dio paso a otras emociones. En el imperio de las emociones, la ira es la reina.
Este sábado, yo no quería estar en La Matandeta. Tal y como me vaticinó Irela Rojas este verano en La Habana frente al Malecón, al regresar me encontré con una sorpresa.
Tenía que hacerles frente. Quizás la tristeza y la decepción andarían haciendo de las suyas. En Argentina se me ocurrió escribir a Rose Prenderville. Nunca he estado en Irlanda y vivir allí Halloween podía ser una buena experiencia, puesto que su origen se fraguó en esa isla. Rose me contestó encantada. Teníamos muchas cosas cosas que contarnos y me enseñaría su ciudad, Dublin.
Pero Rose no recordaba la fiesta sorpresa de su nuera inglesa que cumple justo este fin de semana cuarenta años y tenía que viajar a Inglaterra. Bueno, en otra ocasión será.
Ya pensaría otra cosa. Justo, hace dos domingos, vino a comer mi amiga Diana Cerdá. ¿Y a que no saben qué ocurrió? Diana viajaba a Leiden a visitar a su hija Kalia y me invitó a acompañarla, sin saber nada de mi desasosiego emocional. ¿Se creen ya lo de las sincronicidades de Jung, la ley del Cosmos y el efecto mariposa? Aquí estamos, en la ciudad en la que nació Rembrandt.
Buenos días, María Dolores, tocaya. ¡Cuánto me gustan tus historias de geografía humana! Dentro de dos semanas, ¿quieres venir a ver La Boheme al Teatro Principal de Requena?
ResponderEliminarOjalá pudiera! Muchas gracias.
ResponderEliminarPrecioso María Dolores, Sigue así que al que va delante no le faltan cuerdas, No vemos pronto . Un abrazo
ResponderEliminarEs impresionante recibir gratis el conocimiento que a ti te ha sido dado, no proviene de la cultura (que tienes y muchísima) te viene de la inteligencia emocional y el carisma que siempre te acompañan.
ResponderEliminarGracias
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