Quien salva una vida, salva al mundo entero
Mishná 4:5
Si piensan viajar a Cracovia, si les han entrado ganas de conocer estar ciudad polaca, después de leer mis crónicas, tal y como me han hecho llegar muchos de ustedes, les recomiendo que vean o revisen la película de Steven Spielberg La lista de Schindler.
Esta foto en la que ustedes me ven sentada en una escalera con mi viejo jersey polaco de lana, forma parte de los escenarios naturales en los que rodó el director norteamericano de origen judío. Un pequeño guardia judío está comprobando que el barrio se ha vaciado. Los nazis han ido a buscar a los residentes para confinarlos en el gueto. El pequeño descubre a la hermana y a la madre de un amigo y les indica que se escondan debajo de las escaleras. Cuando llegan las SS les cuenta que allí no queda nadie.
Hace mucho frío cuando llegamos al barrio judío de Cracovia. Ha comenzado a nevar, seguramente como lo hizo durante el rodaje de la película en 1993.
Durante 72 días, Spielberg filmó en blanco y negro. Así consiguió un tono documental que otorga mayor realismo al relato. Considerada como una de las mejores películas del cine, fue también un éxito de taquilla que recaudó 330 millones de dólares en todo el mundo.
Oscar Schindler era de etnia alemana y se había afiliado al partido nazi. Llegó a Cracovia para hacer fortuna. Mujeriego, vividor y oportunista, sobornó a oficiales de las fuerzas armadas y de las SS para adquirir una fábrica donde producir menaje. Contrató a un contable judío, Itzhak Stern, con relaciones en el mercado negro y en la comunidad local de empresarios hebreos.
Amon Göth, oficial de las SS es destinado a Cracovia para supervisar el campo de concentración de Plaszow y que una vez terminado sirve para liquidar el gueto.
El desalojo fue brutal. En la Plaza de las Sillas, homenaje actual a aquella masacre, los judíos desalojados, pasaban horas esperando a ser evacuados o ejecutados. Algunos se salvaron como Roman Polanski que tan solo contaba nueve años de edad. Schindler fue testigo de esta brutalidad.
Cuando los alemanes empiezan a perder la guerra, Amon Göth recibe la orden de enviar a los judíos de Plaszow a Auschwitz para ser exterminados. Schindler decide sobornarlo para llevarse a sus trabajadores a una nueva fábrica de municiones en su ciudad natal, Brunnitz, en los Sudetes austríacos. Contable y empresario elaboran la lista de Schindler en la que figuraban sus 850 empleados. Así conseguiría salvarlos de Auschwitz. Por error, el tren que transportaba a mujeres y niños acaba en Auschwitz-Birkenau. Nuevamente Schindler acude al soborno, esta vez al comandante del campo, Rudolf Hoss.
En la nueva fábrica, el empresario prohibió entrar a las SS y animó a sus judíos a celebrar el Sabbath. Gastó la mayor parte de su fortuna en sobornar a militares alemanes y comprar munición ya terminada de otras empresas. De las máquinas de su fábrica no salió nada.
En 1945 se queda sin dinero y, ante el avance del ejército rojo, debe huir, no sin convencer a los soldados de las SS, de que no maten a ningún judío de su fábrica.
Se trasladó a Alemania tras la guerra y fue apoyado económicamente por organizaciones judías. Se trasladó a Argentina con su mujer y se dedicó a la cría de animales. Divorciado, volvió a Alemania, donde puso en marcha varios negocios, sin resultado y sobrevivió gracias a los judíos de su lista, a los que había salvado del holocausto o Soah.
Fue nombrado Justo entre las Naciones por el gobierno de Israel en 1963. Murió en 1974. Está enterrado en el Monte Sión en Jerusalén.
Genial la narració que fas dels fets i dels llocs als quals ens transportes.M'encisa llegir-te.
ResponderEliminarEmpar
Magnífica crònica, Dolors.
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