Forgetting a debt doesn't mean it's paid Irish Proverrb
Me voy en autobús hasta Bray. Ha salido el sol, con permiso de la lluvia que al cabo de un par de horas, interrumpirá el paseo de decenas de estudiantes y de familias con niños pequeños.
El Brexit puso en casa a los irlandeses en cuestión de turismo de estudios. La demanda de aprendizaje del idioma inglés se ha trasladado masivamente a Irlanda. Es un país de la Unión Europea, la misma moneda, el mismo sistema sanitario. Mucho más fácil venir aquí que entrar en la Gran Bretaña. No hay mal que por bien no venga.
En Bray, la feria se llena de niños y, aunque nadie se bañe, la playa es un gran atractivo para el paseo dominical de los dublineses. Es muy fácil llegar en autobús o en el Dart, el tren de cercanías.
En la foto, a mis espaldas la colina Bray Head, de 241m. La playa es casi de dos kilómetros y Bray es un sitio de moda entre los famosos, camino que inició en los años ochenta el cantante y lider de U2, Bono al comprar una torre Martello como regalo para su esposa por sus primeros años de matrimonio. La canción Promenade del disco The unforgettable fire hace referencia a la torre Martello.
¿Pero qué es una torre Martello? Se preguntarán ustedes, no sin razón. Martello es el nombre dado a las torres que servían de observatorio para vigilar a los piratas en la isla de Córcega. Deben su nombre a la localidad corsa Capodellemortelle, es decir, cabo de los mirtos. También servían de refugio de la población.
Las torres Martello fueron construidas durante las guerras napoleónicas a lo largo de toda la bahía de Dublín. Están distribuídas en dos plantas, con una altura de doce metros y mientras cumplían labores de vigilancia, albergaban a veinticinco soldados y un oficial.
Pero si hay una torre Martello famosa en la literatura es la de Sandycove, muy cerca de la ciudad de Dublín. Fue construida por el ejército británico en 1804 que la ocupó hasta 1897.
En esta torre inicia James Joyce el primer capítulo de su obra maestra Ulysses.
James Joyce pasó en ella cuando era veinteañero seis días y ahora les relato cómo fue aquella estancia.
En 1904 un estudiante de medicina y conocido poeta, Oliver St. John Goverty, sí el que volvía por las noches borracho a su casa y aporreaba la puerta del vecino y también poeta Moore, y de ahí una de las leyendas de por qué las puertas de Dublin están pintadas de colores. Bueno, pues como les iba diciendo, Gogarty se convitió en el primer ocupante civil de la torre Martello de Sandycove.
Se le ocurrió invitar a James Joyce a pasar con él una temporada. Joyce tenía veintidós años y comenzaba su carrera literaria. Ese mismo año, había escrito un poema titulado The Holy Office, donde atacaba a todas las figuras literarias del Dublin de la época y en el que se autoproclamaba alma independiente. En el mismo poema, Joyce acusaba a Gogarty de engreído. Cuando Joyce llegó a la torre un 9 de septiembre se encontró con un recibimiento un tanto frío. Normal, ¿no les parece? Primero lo pone a parir y después se va con él a disfrutar de unos días de vacaciones gratis.
Unos días más tarde, se les unió Samuel Chevenix Trench, un amigo de Gogarty de ascendencia anglo-irlandesa que insistía en hablar en irlandés, a pesar de su acento de Oxford. La atmósfera, ya de por sí cargada, se volvió más eléctrica.
Pinky, la ilustrada, en lo alto de la torre.
ResponderEliminarMe alegra saber que, además de buena persona, eres un gran lector.
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