Your feet will guide you where your heart is
Irish Proverb
Viernes lluvioso, sin novedad en el clima de Dublin. Últimas clases para muchos estudiantes de EF, incluida yo misma. Una pequeña ceremonia de graduación. Laurence, nuestra profesora belga de estas semanas, nos ha propuesto una última actividad. Nos vamos después de comer a Grafton street, junto al centro comercial de St. Sthephen y el jardín del mismo nombre. Vamos a encuestar a los transeúntes acerca de sus gustos a la hora de comprar. Una manera de entrenar el inglés. Son cinco preguntas y diez entrevistas. Mi equipo está formado por Pablo, de Madrid, Leonardo, de Milan, Aurienne, de Paris y yo misma. La gente accede gustosa. Es una calle muy transitada. Me doy cuenta de que hay un joven con rastas que sostiene un cartel publicitario mientras lee. En el cartel se anuncia un local donde se puede cenar y escuchar música irlandesa. El número de teléfono para to book today. El joven está completamente absorto en la lectura, como si nada ni nadie acontenciese a su alrededor. No puedo evitar mirar por encima de su hombro. Lee un libro en español y, cuando se da la vuelta y levanta la portada me doy cuenta de que está leyendo El Quijote.
Me emociona encontrarme en pleno centro de Dublín, repleto de gente que disfruta de las compras y de la tarde, a un joven que lee el Quijote y no puedo dejar de acercarme a él. Es brasileño, del estado de Bahía y ha venido a Dublín a trabajar durante el verano. Este trabajo, sostener una pancarta publicitaria, le deja mucho tiempo para una de las cosas que más le gusta hacer en la vida: leer.
Habla perfectamente en español. Pasó varios veranos trabajando en nuestro país como socorrista. Esa ocupación también le dejaba horas y horas para la lectura. En las piscinas no se ahoga nadie. Como mucho, algún crío se magulla la cabeza, me comenta entre risas.
No sé por qué, o quizás sí, de pronto me acuerdo de Sergio Moreno. Un día, mientras comíamos en La Matandeta, me comentó que hubiera sido conserje con tal de tener tiempo para leer.
Suenan las canciones de Ed Sheeran en la voz de un joven que, sin querer, le pone música a este momento lleno de emoción. Un joven con rastas, venido de la otra punta del mundo, le ha puesto poesía a la última tarde de clases y me regala su imagen. La de un atento lector de El Quijote, en pleno centro dublinés.
¿A qué, a pesar de todo, es hermosa la vida?
Salve y ustedes lo pasen bien.
Me alegro que lo hayas disfrutado tanto, cómo nostros leyéndote. Amiga mía....te espero a que vengas y tomarnos un vinito un día de estos
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