Es mi último día de clases en el IES BALEARES. La profesora a la que he sustituido durante tres evaluaciones de dos cursos, vuelve de su baja maternal. Aplacé la noticia hasta última hora a mis alumnos. No me gustan las despedidas y a estos, como a todos, les he cogido mucho cariño. Me despiden con una pulserita y con lo que más me gusta recibir en la vida: cartas.
Pero antes, hace tanto frío y sopla un viento contudente, he dejado la bici en casa y escucho la radio del coche, mientras cruzo el puente del Jamonero. El alcalde Joan Ribó habla de la empresa público-privada que ha creado el organismo municipal para que la ciudad sea autosuficiente en energías renovables.
La fotovoltaica está de moda. Y al olor de la miel energética y renovable han aparecido muchas empresas que gestionan las nuevas instalaciones. En este país en cuanto se huele a negocio, aparecen cantidad de especialistas.
Quiero contarles nuestra experiencia porque no me gustaría que cayeran en los mismos errores.
Nunca estuvimos conectados a la red eléctrica. Traerla desde 100 metros hasta aquí, resultaba carísimo, sin contar con la instalación. Desde hacía treinta años, nos fabricábamos nuestra propia energía a través de grupos electrógenos.
La cuarentena nos hizo ver claramente, que debíamos cambiar nuestro sistema. Tuvimos muchos problemas y a las entradas del blog de aquellos tres largos meses les remito si quieren saber más sobre el tema.
Justo nada más terminar el confinamiento, apareció por estos lares Guillermo García y su socio Juan Carlos García, de Trajsolar y nos animaron a llevar el proyecto adelante porque se iban a dar muchas ayudas por parte de la administración.
Guillermo García había sido alcalde la la Pobla de Vallbona. También había pasado por la triste experiencia de arruinarse con su fábrica de mármoles durante la crisis del 2008. Juan Carlos García es economista.
Nos presentaron un proyecto que ascendía a 110.000 euros y aunque se comprometían a encontrar financiación, tuvimos que ser nosotros quienes nos moviéramos para conseguirla. Un largo año costó que Caixa Ontinyent nos financiara. Siempre le estaré agradecida a Conrado García, director de la sucursal de Guillén de Castro por batirse el cobre por esta pequeña empresa. Además consiguió que la Sociedad de Garantías Recíprocas nos avalara, cosa impensable hace unos años. El IVACE nos dió una subvención de 14.000 euros.
Hasta aquí, lo peleamos nosotros. Trajsolar solamente realizó una medición de nuestras necesidades durante el mes de julio de 2021, justo el mes del año con más luz solar. Pero no tuvieron en cuenta nuestras necesidades durante el invierno. La medición fue mal realizada, tal como me reconoció el propio Guillermo García. Hubo todo un año, mientras gestionábamos el crédito, con sus cuatro estaciones para realizar distintas mediciones y comprobar cuál era la generación fotovoltaica media necesaria para este local y la vivienda de esta familia.
Nunca nos expusieron que su experiencia en instalaciones aisladas de producción de energía eléctrica era nula. Es decir, era la primera vez que realizaban una instalación fotovoltaica para una propiedad no conectada a la red eléctrica pública. Sabían perfectamente que llevábamos treinta años suministrándonos energía eléctrica a través de grupos electrógenos. Su falta de experiencia la hemos pagado con problemas y más problemas que han repercutido en nuestras relaciones laborales, familiares y reputacionales.
A la firma del contrato, el 29 de octubre de 2021, les hicimos una transferencia del 50% de lo presupuestado. Hasta el 15 de diciembre no finalizaron la ejecución, justo dos días antes de que venciera el plazo fijado por el IVACE para poder concedernos la subvención que nos habían otorgado. El 3 de diciembre les habíamos hecho otra transferencia con el 30% de la cantidad restante.
El primer fin de semana, después de que Trajsolar diera por terminada la ejecución, ya tuvimos problemas. El 25 de enero, les enviamos otros 5.000 euros y decidimos que no pagaríamos ni un euro más mientras la instalación no funcionara correctamente.
En fin y para resumirles la historia, estamos en enero de 2023 y la instalación fotovoltaica no funciona. Tuvimos que buscar otro ingeniero, otra empresa instaladora.... Muy largo de contar. Si alguien quiere saber más, no tengo ningún problema en completar lo que ocurrió.
Si, las renovables, afortunadamente ya están aquí, pero entre ellas, anda mucho sinvergüenza suelto.
Tengan cuidado.
Excelente la información, sobre la FOTOVOLTAICA, 🌹
ResponderEliminarSinvergüenzas hay en todas partes,pero este país, se lleva la palma.Gracias por la información.
ResponderEliminarMuy instructivo. Aún queda camino por andar.
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