En el gran árbol de la música cubana existe la trova. Canciones que son pura poesía. Después de la Revolución cubana nace la nueva trova: Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, dos cantantes conocidos y queridos por los españoles, representan este movimiento musical.
La casa de la trova cubana de Santiago se encuentra en la calle Heredia, muy cerca de la catedral. Son las once de la mañana cuando nos sentamos a tomar café y conocemos a Rocky Levi, cantante, compositor y músico, cuyos vídeos pueden ver en YouTube.
Rocky en realidad se llama Santiago González y su bisabuelo era de Gran Canaria. Tiene cuarenta y dos años, aunque no aparenta más de treinta. Nos cuenta que no quiere marcharse de su país. Sabe que fuera de aquí no pasaría de ser un cantante de salsas y merengues. Que no podría competir con los Alejandro Sanz, David Bisbal... A la reja que da a la calle, se acaba de asomar una chica de unos cuarenta y cinco años. Lo llama, él sale, la besa en una mejilla y nos la presenta en la mesa. Katia García, que así se llama la joven, vivió ocho meses en Madrid. Volví porque enfermé de los nervios, nos cuenta. Si, en nuestro país hay mucho stress, añade Pepa.
Ahora soy la presidenta. Ya nos hemos levantado para marcharnos cuando le pregunto. La presidenta de qué? Pues de Cuba, me contesta. Y qué pasa con Miguel Díaz-Canel? Le interrogo. Pues que lo van a votar si no lo han votado ya.
Me sentaría, me quedaría a escuchar ese incipiente relato, esa historia que la vida y Katia Garcia me regalan. Pero ya me levanté y sería demasiado evidente.
Rocky Levi, Santiago González, sonríe. Esto solo puede suceder en Cuba.