La semana fue borrascosa, pero el viernes amaneció como delantal de carnicero. Después de las clases, se invirtieron los papeles y los profes del IES EL SALER nos subimos en dos autobuses tal si fuéramos estudiantes del centro y nos fuimos de excursión hasta la Albufera. O El lluent, así lo llaman los pescadores.
Allí nos espera un técnico de la
Fundació Assut. A través de su programa CERCA nos acerca a la vida, el paisaje y la cultura de la Albufera. El profesor de la
Universitat de València Carles Sanchis nos dará las primeras referencias sobre el origen de este singular lago.
L'Albufera , del árabe al-buhajra que significa lago, estanque, laguna, se sitúa a unos 15 km. al sur de la ciudad de Valencia. Aunque es la más famosa, no es la única con este nombre. Encontramos también albuferas en Elche, Almería, Alcúdia (Mallorca) y Menorca. La nuestra está separada del mar por una franja de tierra que llega a 1.000 metros de anchura. Con dos brazos de salida al mar por El Perelló y El Perellonet. Esta lengua de tierra se llama Devesa.
El día es espléndido. Invita al relax y al disfrute de este viaje en barca. Dejaremos a la izquierda La Mata del Fang, una de las pequeñas islas construidas por las cañas donde se refugia y anida la fauna del lago.
Llegamos al Tancat de Baldoví , una finca arrocera de unas cien hectáreas de extensión. Se trata de una propiedad agrícola que incluye uno de los conjuntos arquitectónicos más interesantes del parque natural. Está integrado por una casa principal conocida como La Baldovina o La Casota desde su construcción a finales del siglo XIX. Los edificios anexos están destinados a la actividad arrocera.
Juan Baldoví pertenece a la quinta o sexta generación de arroceros. Es gerente de la empresa Tartana, que, además de comercializar el arroz, ha sacado al mercado la cerveza y el licor obtenidos a partir de este cereal.
Juan, muy didáctico, nos habla del cultivo del arroz. Lo introdujeron los árabes que lo importaron de la península de l'Indostán. Cuenta Enric Beltrán en su libro L'arròs que en la India se llama ridh, palabra que viene del sánscrito, de la cual se derivan las voces de la mayor parte de los idiomas europeos y de donde la toman tanto para hablar del grano como de la planta, las siguientes palabras: ris en provenzal, riso en italiano, riz en francés, rice en inglés, reis en alemán y oryza en griego. Para los habitantes de la India, el arroz tiene una procedencia casi divina y la palabra arroz significa sustentador de la raza humana.
Ahora nos encontramos en la época del año en que más me gusta la Marjal, en la perellonà, cuando los campos están inundados y se dejan en barbecho, desapareciendo fitas y motas. Todo es una laguna y la Albufera recupera sus escrituras. Cuando llegamos a vivir en La Matandeta, mi hija tenía siete años y en estos meses del año siempre preguntaba lo mismo ¿Cómo saben ahora los agricultores cuál es su campo?
Pero este idílico lugar no siempre lo fue así. Explica Max Thede en su libro
L'Albufera de València. Una descripció etnogràfica, que el primer centro de cultivo del arroz en España fue la Baja Andalucía. En el siglo XII ya se producía arroz en Sevilla. Cuando Valencia quedó bajo la dominación musulmana en el siglo XI se introduce el cultivo del arroz. Después de la Reconquista, el cultivo del arroz continúa en Valencia con más o menos intensidad. Por el grave deterioro de la salud que sufría la población a causa de las fiebres que se producían en las plantaciones palustres, el llamado paludismo, el gobierno valenciano se vio forzado ya durante la Edad Media a prohibir el cultivo del arroz en
repetidas ocasiones, El rey
Pere el Ceremoniòs sanciona, por primera vez, las restricciones dictadas
hasta entonces y, finalmente, el rey Martí l'Humà prohibe el cultivo del arroz en todo el reino.
Pero son más de las tres y el aire libre y las explicaciones de Juan nos han abierto el apetito. Nos dirigimos en el autobús a la casa familiar, de estilo modernista, construida en el siglo XIX.
A las paellas les falta un poco, pero la espera se soporta alegremente con cervezas de arroz Tartana, papas, almendras y aceitunas.
Después de la comida en la finca dels
Gorets, en el tancat de l'Estell, veremos el granero de los Baldoví. Ante una montaña de arroz bomba, Juan nos introducirá en las distintas variedades de arroz que son cultivadas en el Parque Natural de la Albufera. A lo lejos, el pueblo de
El Palmar ha encendido las luces. El relente es frío. Se acaba la tarde. Hemos tenido la suerte de cruzarnos, durante el paseo en barca con garzas, garcetas,
collverts. Nos han faltado los flamencos que han vuelto a la zona. Los flamencos adoran las aguas salinas. Han regresado a sus orígenes,
El Saler, El Saladar de Silla. Como dice mi amigo Paco Baixauli, abogado, pescador, escritor y sobre todo, erudito de la Albufera,
los flamencos saben filología. Pero esa es otra historia.
Salve y ustedes lo pasen bien.