Es jueves de San Valentín y tengo tutoría. Cuando llego a las nueve menos diez, el profesor de Física, que les acaba de dar clase, Roberto Peris, me dice que están imposibles. Les hubiera dado la clase desnudo y solo se sorprenderían tres. Quieren ir a hacer fotocopias, a hablar con la profesora de Geografía... Lo siento, de aquí en una hora, no sale nadie de esta clase. ¿Vamos a seguir viendo la película de la semana pasada? No, les espeto. Hoy es San Valentín. El mayor día de consumo del año, apostilla Rubén. Muy bien y quién se inventó ese día de consumo. ¡El Corte Inglés! Contestan a coro. No, Galerías Preciados y pagaron una película en blanco y negro. Pero eso ya les suena a prehistórico.
Para celebrar San Valentín, vamos a escribir una carta de amor... No me dejan acabar la frase. Las protestas suben de volumen. ¡Yo no tengo nadie a quien escribir! ¡A mí eso me parece una ñoñez! ¡Eso es amor romántico y es tóxico!
Para celebrar San Valentín ¡vamos a escribir una carta de amor a nosotros mismos! Ahora se quedan descuadrados. ¿Y qué quieres que me cuente, si no me conozco, si me conozco demasiado, si no sé que decirme?
¡A escribir, yo también! Andrés ha decidido que eso es una gilipollez y lo pregona en voz alta. Pues si no te gustan algunas gilipolleces, te marchas fuera y te tranquilizas. Utilizar sus mismos códigos y lenguaje funciona. Enrojece y sale al pasillo.
La clase trabaja. Al cabo de quince minutos me las van entregando. Le pido a Chang que las baraje y me las vaya pasando para que yo las lea en voz alta. Algunos han entregado la hoja en blanco. Otros han escrito una frase en la que se definen físicamente. Otros reconocen que no se quieren. Les he dicho que las cartas pueden ser anónimas y sin embargo, hay varios que la firman.
Joaquín se ha escrito un poema y rompemos en risas cuando lo leo. Bibiana es una chica problemática. Hace dos semanas vino a hablar su padre conmigo. No tiene relación con la madre y la muchacha se está aprovechando de las circunstancias. Suele ejercer una mala influencia en las compañeras que la siguen. Su carta dice así: Me caes mal, das asco, eres una guarra y agresiva, sé que solo tienes ganas de morirte. Te deberías de morir, pero claro vas a seguir una vida para joder la vida a los demás. Mi existencia no sirve para nada. Bailas como un pato mareado. Y firma su carta con nombre y apellidos. No le importa que sus compañeros sepan que se trata de ella. Si ya me dejó preocupada la conversación con su padre...
Entre estas, les cuelo la mía...
Hace rato que le dije a Andrés que entrara y parece que el pasillo le ha sentado bien. Ha terminado la clase. ¿No era tan duro escribirnos una carta de amor a nosotros mismos para conocernos mejor?
Me voy a dar clase de francés a los de tercero. Y para celebrar el día, les enseñó el vocabulario del amor. Le coup de foudre, s'embrasser, draguer, un dragueur, s'entendre, tomber amoureux ou amoureuse. Cuando terminamos la ficha, tienen que preparar un diálogo amoroso y salir a la pizarra a interpretarlo. Ils adorent faire ça! Y para terminar, trabajamos la canción de Zaz La Saint-Valentin. Esta cantante les entusiasma y sus palabras en español suenan asi:
Iré a un bar esta noche
Hoy es San Valentín
Iré sola, me regalaré una rosa.
Me pelearé por tener sitio en la barra, hoy
es San Valentín.
Iré sola, me regalaré una rosa
Iré al cine, hoy
es San Valentín
Iré a ver una película de color rosa,
Nada ocurre, nada se rompe
Estoy siempre aquí
Iré a la avenida,
besaré las estatuas
¿A qué deben su salvación?
¿Es por su corazón de piedra
o sus frías maneras?
No ocurre nada, no se rompe nada.
Estoy siempre aquí.
Hay que amar sin parar,
para que el mundo siga girando.
Iré esta noche a un bar...
Antes de que suene la campana, me pregunta Nacho que con quién voy a celebrar San Valentín. A vosotros os lo voy a contar yo... Si tienes un nieto, es porque tienes a alguien, insiste. Y qué tendrá que ver el culo con las témporas. Ay, Dioses, cómo están.
Hemos cumplido nuestros objetivos. Han aprendido francés. Ha sido ameno.
Por supuesto que todos los nombres de mis alumnos son ficticios y por supuesto que respeto su intimidad. Pero no por ello, voy a dejar de contar mis experiencias en la enseñanza, de lo mucho que llenan mi vida y de cómo la cargan de energía y vitalidad.
Salve y ustedes lo pasen bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario