El auténtico provecho no se alcanza lamentando lo irreparable, sino alcanzando el mayor partido posible a lo que somos.
No se alcanza quejándonos de que no poseemos las herramientas adecuadas, sino dando buen uso a lo que tenemos.
Fuerza diaria para necesidades diarias
Mary Wilder Tileston
He iniciado por última vez la senda que lleva hasta el antiguo telégrafo. Por mucho que corra Ulises, nunca alcanzará a la tortuga. La María Dolores que llegó a Requena un lunes tres de septiembre, no es la misma que se marcha un viernes, cinco de julio. ¿En qué momento se produjo el cambio? El cambio es lo habitual, aunque no nos percatemos de ello.
Son las siete de la mañana y hace fresco. Uno, dos, tres... En quince minutos estaré en las ruinas del edificio que un día permitieron la comunicación de Requena con otros lugares. Uno, dos, tres... Cuesta arriba. Cuántas veces a lo largo de estos meses, me he dicho... Si lo consigo, seré mejor madre, mejor amiga, mejor profesora de francés. Uno, dos, tres... Construyendo mi voluntad a base de esfuerzo.
Desde la caseta del telégrafo, observo todas las mañanas el Pico del Tejo. No vayas sola, me advirtió Laura E. Podemos organizar una excursión después de los exámenes de la PAU.
¿Llevaremos bocadillos? ¿A qué hora saldremos? ¿A las seis hace demasiado frío?
La fecha es el treinta de junio, domingo. Han aprobado de sobra la PAU. Un requisito más para formar parte del sistema. Sin comentarios.
Ayer, viernes, ocurrió algo en el IES Oleana, pero no quise enterarme demasiado, suminada como estaba en mi propio pesimismo.
Es sábado. Todos los informativos han anunciado la subida de temperaturas. En Requena, el calor es bochornoso. Me extraña estar aquí. Nunca paso los fines de semana. Estoy esperando a mi amiga del alma, Carmen y a mi nieto, Manuel. Mañana subiremos con mis alumnos de segundo de bachillerato al Pico del Tejo. Me voy al mercado que es en la Avenida del Arrabal. Nunca lo había visto. Me cruzo con varias alumnas y por su saludo y su cara risueña sé que mi nota fue buena. ¡Qué calor!
De vuelta a mi estudio, me detengo en la entrada de la iglesia de El Salvador. En Requena, siguen colgando esquelas, como antaño en mi pueblo. Y leo... ha fallecido L.P. alumna del IES Oleana, hermana melliza de P.P. y todo empieza a darme vueltas. Por eso, los de segundo, que tanto insistieron en la excursión, no habían confirmado la hora.
En el tanatorio estaban mis compañeros, el director, la jefa de estudios y mi alumna, la melliza, en estado de shock. Salió en la prensa. Ha muerto una joven de diecisiete años al atravesar, cerca de las cuatro de la madrugada, el inicio del túnel que lleva de la Plaza de España a Germanías.
Seguramente sus padres estaban tan tranquilos, en Requena, pensando que no tenía coche. Que lo peor que le podría ocurrir es que perdiera el autobús y tuviera que andar, de madrugada, hasta casa de la amiga que la hospedaba. Ciertamente estarían contentos por las notas de la PAU, por el esfuerzo. Y empezaba una nueva etapa en la vida de sus mellizas...
Pero no hay más certeza que esa. Tarde o pronto, nos tendremos que ir. En una de sus obras, W. Somerset Maugham, cuanta lo siguiente:
Había en Bagdad un mercader que envió a su criado al mercado a comprar provisiones, y al poco rato el criado volvió pálido y tembloroso, y dijo: "Señor, hace un momento, cuando estaba en la plaza del mercado, me ha empujado una mujer entre el gentío y, al volverme, he visto que era la muerte la que me empujaba. Me ha mirado y ha hecho un gesto amenazante; ahora présteme su caballo, y me iré de esta ciudad para eludir mi destino. Iré a Samarra y allí no me hallará la muerte".
El mercader le prestó el caballo y el criado montó, le hincó las espuelas en los flancos y huyó tan aprisa como alcanzaba a galopar el animal. Después el mercader fue a la plaza y me vio entre la multitud, se me acercó y me dijo: "¿Por qué has amenazado a mi criado esta mañana?". "No era una amenaza -dije-, sino un gesto de sorpresa. Me ha sorprendido verlo aquí en Bagdad, pues esta noche tengo una cita con él en Samarra".