¿Sabían que el francés es una lengua perfecta para hablarse de Vd. en público y en la intimidad? Ahí está el ejemplo de George Sand y sus amantes, algunos tan famosos como Alfred de Musset y Fréderick Chopin. Y si no, en el siglo pasado y teniendo como testigo los cafés y calles de Saint Germain de Prés, Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir, que a pesar de su larga y prolífica relación, tanto personal como literaria, no osaron jamás traspasar la línea que lleva en la lengua al tuteo.
El usted es respetuoso, pero también elegante en francés.
Eso mismo deben de pensar los profesores y alumnos de la Universidad francesa, que siguen tratándose de Vd. El enseñante es señor o señora, los alumnos son damas y caballeros.
Y por aquí empezó el lunes nuestra primera clase, por el mundo cortés de las damas y los caballeros de la literatura medieval. La leyenda arturiana, el mundo de Lancelot, caballero perfecto, aparentemente, de la tabla redonda, la obra de Robert de Borón, "Merlín", que estudiaremos. A la presentación de la asignatura acuden las dos profesoras que la impartirán a lo largo del cuatrimestre, que aquí se llama semestre. Caigo en la cuenta de que las dos profesoras de Literatura Medieval, Elodie y Valérie son pelirrojas. En la Edad Media los pelirrojos eran comparados a los demonios, rechazados, denostados y en nuestra tierra... "home roig i gos pelut, antes mort que conegut".
Pero también hay clases en literatura clásica, sobre Rousseau. Este año se celebra el tercer centenario de su nacimiento.
Quiero estudiar a Rousseau. Envio un correo a mi coordinador español porque me salgo de los créditos que puedo cursar este cuatrimestre.
"Pero, por qué quieres estudiar tanto" me pregunta vía Internet.
"Porque quiero ser una mujer sabia", le respondo. "Pero si ya lo eres. Tienes mucha savia en el tronco de tu vida"
Rousseau era contradictorio. Lleno de paradojas. Misógino, masoquista, venerado por unos y despreciado por casi todos. Se peleó hasta con su entrañable y querido amigo Diderot que acabó de él hasta el pirri. Sin embargo, un gran filósofo cuyas ideas impregnaron la revolución que cambió la forma de entender el mundo en Occidente.
Habrá que estudiar y comentar sus "Confessions" y "La Nouvelle Heloïse".
Este fin de semana, podría irme a Marsella que celebra su Feria Internacional hasta el día 1 de octubre. O acercarme a Puy Saint Reparade, que me pilla cerca de Puyricard y también celebra Feria dedicada al mundo del caballo.
Pero para el lunes tengo que tener terminada la primera parte de "La Nouvelle..." y el primer libro de las "Confessions", así que decido quedarme estos dos días en la cama con... Rousseau.
Por favor, no se lo cuenten a mi marido.
El usted es respetuoso, pero también elegante en francés.
Eso mismo deben de pensar los profesores y alumnos de la Universidad francesa, que siguen tratándose de Vd. El enseñante es señor o señora, los alumnos son damas y caballeros.
Y por aquí empezó el lunes nuestra primera clase, por el mundo cortés de las damas y los caballeros de la literatura medieval. La leyenda arturiana, el mundo de Lancelot, caballero perfecto, aparentemente, de la tabla redonda, la obra de Robert de Borón, "Merlín", que estudiaremos. A la presentación de la asignatura acuden las dos profesoras que la impartirán a lo largo del cuatrimestre, que aquí se llama semestre. Caigo en la cuenta de que las dos profesoras de Literatura Medieval, Elodie y Valérie son pelirrojas. En la Edad Media los pelirrojos eran comparados a los demonios, rechazados, denostados y en nuestra tierra... "home roig i gos pelut, antes mort que conegut".
Pero también hay clases en literatura clásica, sobre Rousseau. Este año se celebra el tercer centenario de su nacimiento.
Quiero estudiar a Rousseau. Envio un correo a mi coordinador español porque me salgo de los créditos que puedo cursar este cuatrimestre.
"Pero, por qué quieres estudiar tanto" me pregunta vía Internet.
"Porque quiero ser una mujer sabia", le respondo. "Pero si ya lo eres. Tienes mucha savia en el tronco de tu vida"
Rousseau era contradictorio. Lleno de paradojas. Misógino, masoquista, venerado por unos y despreciado por casi todos. Se peleó hasta con su entrañable y querido amigo Diderot que acabó de él hasta el pirri. Sin embargo, un gran filósofo cuyas ideas impregnaron la revolución que cambió la forma de entender el mundo en Occidente.
Habrá que estudiar y comentar sus "Confessions" y "La Nouvelle Heloïse".
Este fin de semana, podría irme a Marsella que celebra su Feria Internacional hasta el día 1 de octubre. O acercarme a Puy Saint Reparade, que me pilla cerca de Puyricard y también celebra Feria dedicada al mundo del caballo.
Pero para el lunes tengo que tener terminada la primera parte de "La Nouvelle..." y el primer libro de las "Confessions", así que decido quedarme estos dos días en la cama con... Rousseau.
Por favor, no se lo cuenten a mi marido.